Sí, lo sé, es un titular extraño, pero es cierto.
Aquí está la historia: un reportero de Politico va a Arizona para cubrir la historia de los vales escolares. Descubre que la principal defensora de los vales es una madre hermosa y encantadora que utiliza dinero estatal para educar en casa a sus cinco hijos.
El escritor queda impresionado por esta madre. El escritor señala que la madre está financiada por la maquinaria de DeVos y Koch. No importa. Es tan encantadora y bonita, ¿a quién le importa que los vales estén destrozando el presupuesto estatal?
El escritor presta más atención a la adorable madre que a aquellos que luchan por detener el daño que está haciendo a los niños, las escuelas públicas y las comunidades. De alguna manera ella se convierte en la heroína de la historia.
¿A quién le importa que los vales sean utilizados principalmente por familias cuyos hijos nunca fueron a escuelas públicas? ¿A quién le importa que los vales estén perjudicando las escuelas públicas del estado?
¿A quién le importa que los votantes de Arizona rechazaran abrumadoramente la expansión de los vales? ¿A quién le importa que la legislatura ignorara su voto?
¿A quién le importa que menos del 5% de los estudiantes del estado estén socavando el presupuesto estatal y las escuelas que educan a los demás estudiantes?
Las familias, en su mayoría de códigos postales de altos ingresos, han utilizado los fondos públicos para todo, desde pases de remonte de esquí hasta visitas a parques de trampolines, un piano de cola de $4,000, más de un millón de dólares en Legos, lecciones de ballet en línea, terapia con caballos y kits para hornear galletas. Los defensores justifican gastos como estos en nombre del derecho de los padres a moldear la educación de sus hijos o señalando el gasto derrochador de las escuelas públicas. Como resultado, los costos de los ESA han aumentado desde la estimación original de la legislatura de $100 millones en dos años, a más de $400 millones al año, una cifra, han señalado los críticos, que explicaría más de la mitad del déficit presupuestario proyectado de Arizona en 2024 y 2025.
¡Qué grandioso, ¿verdad?
¡El amor es amor, incluso cuando está financiado por multimillonarios!