Factores ambientales como el estrés prolongado, la inflamación crónica y la exposición tóxica podrían jugar un papel clave en desencadenar la enfermedad de Parkinson, incluso en personas sin riesgo genético, ha encontrado un estudio canadiense. Un equipo de la Universidad McGill en Montreal publicó un artículo el mes pasado en Nature Neuroscience que puede haber descubierto un nuevo vínculo entre el sistema inmunológico y el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Los investigadores descubrieron que una respuesta inmunológica juega un papel crucial en la formación de conglomerados proteicos tóxicos, conocidos como cuerpos de Lewy, dentro de las células cerebrales, contribuyendo a la progresión de la enfermedad. “Nuestros hallazgos sugieren que cualquiera puede desarrollar Parkinson si está expuesto al entorno adecuado, por lo que una predisposición genética a la enfermedad puede no ser necesaria”, dijo el autor principal Peter McPherson, profesor de Neurología y Neurocirugía y Anatomía y Biología Celular en el Instituto Hospitalario Neurológico de Montreal. “Esto marca un avance significativo en la comprensión de aspectos clave del Parkinson y otras enfermedades neurológicas”, dijo en un comunicado de prensa del viernes. La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico progresivo que afecta el movimiento, causando a menudo temblores, rigidez y dificultad para mantener el equilibrio y la coordinación. También es la afección neurológica de mayor crecimiento en todo el mundo, y eso probablemente se deba a una población envejecida, así como a mejores herramientas para diagnosticar la enfermedad, explicó Angelica Asis, vicepresidenta de investigación en Parkinson Canadá. “Hay síntomas de movimiento asociados con el Parkinson. Entonces el temblor con las manos, la rigidez, así como cierta lentitud de movimiento”, dijo a Global News. “Pero [los síntomas también] incluyen estreñimiento, problemas cognitivos como desafíos con la multitarea y niebla cerebral, problemas de sueño, alucinaciones y depresión”. Más de 100,000 canadienses viven con Parkinson y 30 más son diagnosticados todos los días. A medida que la población envejece, se espera que la incidencia de Parkinson aumente, y para 2034, se proyecta que 150,048 canadienses tendrán Parkinson, agregó. La enfermedad ocurre cuando ciertas células cerebrales, llamadas neuronas productoras de dopamina, comienzan a dañarse y morir. Estas células son cruciales para el movimiento suave y la coordinación y cuando se pierden, conduce a temblores, rigidez y dificultad para moverse, que son síntomas comunes de Parkinson. La razón exacta detrás de esto todavía no se conoce, pero los investigadores creen que es una combinación de factores genéticos y ambientales, como pesticidas, contaminación del aire y productos químicos industriales. Actualmente no hay cura, pero hay un tratamiento disponible, conocido como terapia de reemplazo de dopamina. Sin embargo, Asis dijo que no hay terapia aprobada para frenar o detener el proceso neurodegenerativo. Por eso, los investigadores de la Universidad McGill esperan que sus hallazgos allanen el camino para futuros tratamientos. Los cuerpos de Lewy son conglomerados proteicos anormales que se encuentran en los cerebros de personas con enfermedad de Parkinson. Hasta ahora, sin embargo, solo se podían estudiar en neuronas humanas después de la muerte, limitando la capacidad de los investigadores para comprender completamente su papel en la enfermedad, dijo el estudio. Por primera vez, los investigadores pudieron crear cuerpos de Lewy cultivados en laboratorio en neuronas humanas derivadas de células madre. Descubrieron que una combinación de alfa-sinucleína y activación inmunológica era crucial para su formación, dirigiéndose específicamente a las neuronas productoras de dopamina (las células cerebrales afectadas en el Parkinson). Esto sugiere que factores que desencadenan el sistema inmunológico, como la inflamación crónica, la exposición a toxinas o el estrés prolongado, no solo podrían correlacionarse con el Parkinson, como encontraron investigaciones anteriores, sino también impulsar su desarrollo, dijeron los investigadores. Asis afirmó que explorar el vínculo entre la inflamación y el desarrollo del Parkinson es una pieza importante del rompecabezas más grande que rodea las muchas incógnitas de la enfermedad. “La inflamación está poco estudiada y no se entiende muy bien en términos del papel que juega con condiciones neurológicas como el Parkinson”, dijo. “Pero ahora están empezando a ver algunas células relacionadas con la inflamación que son parte de esa vía y están impulsando algunos de estos procesos de enfermedad. Entonces, si un individuo está experimentando una inflamación continua o aumentada y desarrolla Parkinson, se cree que ese proceso inflamatorio podría tener un papel realmente importante y no muy bien entendido”. Los investigadores también descubrieron que los cuerpos de Lewy contienen partes celulares adicionales. Este nuevo conocimiento sobre de qué están hechos, junto con la capacidad de estudiar su formación en tiempo real, podría dar a los desarrolladores de fármacos nuevos objetivos para ralentizar la progresión de la enfermedad de Parkinson, añadieron los investigadores. “Los resultados respaldan investigaciones anteriores que muestran que una respuesta inmunológica juega un papel importante en el desarrollo de Parkinson”, dijo Armin Bayati, candidato a doctorado en el laboratorio de McPherson y primer autor del estudio, en el comunicado de prensa. “Los estudios futuros deberían centrarse en comprender cómo la inflamación causada por un sistema inmunológico sobreexcitado causa la formación de cuerpos de Lewy cuando se combina con alfa-sinucleína”.
