La familia del propietario de un salón de belleza, Fathi Hussein, está en profundo duelo en su hogar en la capital de Somalia, Mogadiscio, tras su horrible muerte en el mar después de un trato que hizo con contrabandistas de migrantes para llevarla a la isla francesa de Mayotte salió mal.
“Los supervivientes nos dijeron que murió de hambre”, dice Samira, la hermanastra de 26 años, a la BBC por teléfono.
La familia supo de ellos que Fathi murió en una de las dos pequeñas embarcaciones, a la deriva en el Océano Índico durante unos 14 días, después de ser abandonada por los contrabandistas.
“La gente comía pescado crudo y bebía agua de mar, lo cual ella rechazó. Ellos [los supervivientes] dijeron que comenzó a alucinar antes de morir. Y después de eso arrojaron su cuerpo al océano”, dice Samira a la BBC.
La familia de Fathi se enteró de su muerte por parte de otros somalíes que fueron rescatados por pescadores en la costa de Madagascar hace aproximadamente una semana.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que más de 70 personas estaban en las dos embarcaciones cuando naufragaron, cobrando la vida de 24, mientras que 48 sobrevivieron.
Se cree que cientos de migrantes mueren cada año tratando de llegar a la diminuta isla francesa, ubicada a unos 300 km al noroeste de Madagascar.
El 1 de noviembre, Fathi voló de Mogadiscio a la ciudad costera keniata de Mombasa, y unos días después partió en barco hacia Mayotte, un peligroso viaje de más de 1.100 km a través del Océano Índico.
Samira dice que están desconcertados por la decisión de Fathi, ya que tenía un exitoso negocio en Mogadiscio y vivía en el barrio de clase media de Yaqshid.
Fathi ocultó su plan a la familia, compartiendo su secreto solo con su hermana menor, diciéndole que había pagado a los contrabandistas con el dinero que había ganado dirigiendo su salón de belleza, dice Samira.
“Solía odiar el océano. No sé por qué y cómo tomó esa decisión. Ojalá pudiera darle un abrazo”, agrega.
Los supervivientes le contaron a la familia de Fathi que la dueña del salón de belleza y todos los demás pasajeros estaban en un gran barco cuando salieron de Mombasa.
Pero durante el viaje, los contrabandistas dijeron que el barco había tenido problemas mecánicos y tendrían que regresar.
Antes de regresar a Kenia, los contrabandistas colocaron a todos los migrantes en dos pequeñas embarcaciones, asegurándoles: “Llegarán a Mayotte en tres horas”.
Pero, dice Samira, “se convirtió en 14 días” y llevó a la muerte de su hermana y otros.
Algunos de los supervivientes sospechan que los contrabandistas los dejaron intencionalmente varados en el mar ya que ya habían sido pagados y no tenían la intención de llevarlos a Mayotte, dice Samira.
El funcionario regional de la OIM, Frantz Celestin, le dice a la BBC que es cada vez más común que los migrantes arriesguen sus vidas tratando de llegar a la isla francesa.
“Recientemente, 25 personas perecieron haciendo el mismo viaje, generalmente transitando por Comoras y Madagascar. En general, este año ha sido el más mortal para los migrantes”, dice.