El presidente Biden está enfrentando críticas de su propio partido por su dramático perdón del domingo por la noche a su hijo, Hunter Biden.
Un creciente coro de demócratas ha levantado sus voces para objetar la acción del presidente, una acción que él y sus portavoces habían afirmado repetidamente que no tomarían.
Es fácil ver por qué hay tanta consternación demócrata.
A los ojos de muchos, el perdón de Biden cede el terreno moral elevado que el presidente y su partido han pasado años estableciendo. También ofrece un amplio margen al presidente electo Trump para sus propios esfuerzos para doblar el sistema de justicia a su voluntad.
El ahora abandonado compromiso de Biden de no interferir en los casos de su hijo fue enmarcado como una postura principista para mantener la independencia del sistema de justicia de la influencia política.
¿Qué pensarán los votantes de esa idea, ahora que resulta que la separación no es tan sagrada después de todo?
Biden intentó enmarcar su decisión como una corrección a la interferencia política de los políticos republicanos que habían perseguido a su hijo.
“Creo en el sistema de justicia, pero mientras luchaba con esto, también creo que la política cruda ha infectado este proceso y ha llevado a un aborto de justicia”, escribió en su declaración anunciando el perdón.
Pero es difícil hacer que ese argumento se mantenga más allá de las filas de los votantes demócratas más comprometidos.
Hunter Biden fue condenado en junio por mentir en un formulario utilizado para obtener un arma en 2018. El hijo menor de Biden había negado el uso de drogas ilícitas al completar ese formulario, una afirmación que fue mentira, como quedó claro en su juicio.
El hijo del presidente también se declaró culpable de un total de nueve cargos fiscales, tres delitos graves y seis delitos menores, justo antes de que un juicio debiera comenzar en Los Ángeles en septiembre.
El perdón borra esas condenas, y lo hace justo antes de que el hijo menor de Biden enfrentara la sentencia en ambos casos más adelante este mes. También lo absuelve preventivamente de cualquier otro crimen cometido entre el 1 de enero de 2014 y el 1 de diciembre de 2024.
Pero a los demócratas les preocupa más que las especificidades de las fechorías de Hunter Biden.
Trump está buscando confirmación para varios nominados controvertidos, incluida Pam Bondi para fiscal general y Kash Patel para liderar el FBI. La oposición demócrata a esos nominados se ha basado principalmente en la idea de que utilizarían el Departamento de Justicia para hacer la voluntad de Trump, afligiendo a sus enemigos mientras miman a sus amigos.