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I ask Amos how she felt when she first heard the allegations. âShocked,â she says. A long pause. âAnd if the allegations are true, thatâs not the Neil that I knew, thatâs not the friend that I knew, nor a friend that I ever want to know. So in some ways itâs a heartbreaking grief. I never saw that side of Neil. Neither did my crew. And my crew has seen a lot.â
She says itâs devastating for the women involved, and I ask if she has listened to the podcasts. âNo,â she says. âBut Iâve read â¦â She looks as if sheâs about to cry. âHeâs godfather to Tash.â Her eyes well up. She struggles to contain herself. âMy manager was the one who told me, because the girlsâ â Tash and her cousin, Kelsey â âfound out about it from a paper. Tash said, âKels, weâre not telling Momâ â they call me âT-Birdâ, but she might have said âMomâ here.
They don’t want to be seen with it. And I was that, at that time. And I think there was a lot of schadenfreude at that table.â
But Amos picked herself up and signed a new deal with Atlantic Records as a solo artist, leading to the release of her groundbreaking album Little Earthquakes in 1992. It was a critical and commercial success, launching her career as a solo artist and setting her on a path of artistic exploration and boundary-pushing that continues to this day.
Despite the challenges and setbacks she has faced, Amos remains a fierce advocate for survivors of sexual violence and a trailblazer in the music industry. Her courage and resilience serve as an inspiration to countless fans around the world, and her music continues to touch the hearts of listeners everywhere.
Más que cualquier otra cosa en esa ciudad, realmente creo que esa es la plaga para ellos.
Pero sin ese fracaso, ella no podría haber escrito Little Earthquakes, y todos los álbumes desde entonces; no podría haber tenido un éxito internacional masivo con Cornflake Girl (probablemente la única canción sobre mutilación genital femenina que haya llegado a las listas); no podría haber escrito el álbum salvajemente experimental Boys for Pele, y visto un remix de su canción, Professional Widow, convertirse en un clásico de baile (y quizás el himno definitivo del consentimiento entusiasta, con su estribillo, “Cariño, acércalo a mis labios”). No podría haber experimentado algunos de los mayores elogios críticos de su carrera por Ocean to Ocean. “Tuve que pasar por eso”, dice. “Fue un momento de momento, después de años de haber decepcionado a mi instrumento, dándole la espalda, porque bebí el Kool-Aid.”
¿Sigue sintiendo que tiene que luchar contra el sexismo ahora? “Bueno, esa es una pregunta interesante”, dice. “No sabemos a qué nos enfrentamos, con un presidente que parece ser a prueba de fuego. Así que, con la población sintiéndose empoderada, algunos de ellos, no sé con qué tipo de comportamiento tendremos que lidiar. Pero, de alguna manera, debido a dónde estoy en mi vida, estoy segura de que he conocido hombres que me tratan de manera diferente.” ¿A la forma en que tratan a otras mujeres? “Sí. ¿Y es eso porque no se atrevieron a mostrármelo? Porque no lo toleraré.” Su lado decidido sale a relucir. “No lo toleraré. No lo toleraré con el equipo…” ¿No permitirás que suceda a tu alrededor? “No. No.” ¿Y la gente lo sabe? “Oh sí. Sí. Pero posiblemente hay lobos con piel de cordero.” Me mira significativamente. “Y claramente hablamos de eso antes.”