La Asociación de Detenidos y Desaparecidos en la Prisión de Sednaya (ADMSP), con sede en Turquía, afirmó en un informe de 2022 que la prisión “se convirtió efectivamente en un campo de exterminio” tras el inicio del conflicto. Estimó que más de 30,000 detenidos habían sido ejecutados o fallecido como resultado de torturas, falta de atención médica o inanición en la instalación entre 2011 y 2018. También citó a exreclusos que afirmaron que al menos otros 500 detenidos habían sido ejecutados entre 2018 y 2021. ADMSP también describió cómo se construyeron “cámaras de sal” para servir como morgues primitivas para almacenar los cuerpos antes de ser trasladados al Hospital Militar de Tishreen en Damasco para su registro y entierro en tumbas en terrenos militares. Las familias de los detenidos nunca recibieron sus cuerpos, según afirmó. Amnesty International utilizó la frase “matadero humano” para describir Saydnaya y alegó que las ejecuciones habían sido autorizadas en los niveles más altos del gobierno de Assad, y que tales prácticas constituían crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. El gobierno de Assad rechazó las afirmaciones de Amnesty como “infundadas” y “carentes de verdad”, insistiendo en que todas las ejecuciones en Siria seguían un debido proceso.
