En 2015, Francia estableció un precedente ambicioso al prohibir ciertos productos plásticos de un solo uso. Esta iniciativa culminó en la promulgación de la ley AGEC, que tiene como objetivo eliminar por completo el embalaje plástico de un solo uso para el 2040. A pesar de estos esfuerzos, el progreso ha sido inconsistente, como lo destacó el informe reciente de Zero Waste France. “Aunque se han introducido medidas legales sucesivas, su efectividad ha sido obstaculizada por numerosas exenciones”, afirma el informe. Por ejemplo, aunque se suponía que las bolsas de plástico livianas se eliminarían gradualmente a partir de 2016, su uso persiste. Una aclaración de 2021 bajo la ley AGEC prohibió la producción, importación o venta de estas bolsas. Sin embargo, las exenciones para las bolsas ultraligeras, que a menudo se usan con fines de higiene o alimentos sueltos, siguen vigentes. Incluso las bolsas más gruesas, que están fuera de la definición de “un solo uso”, evitan la prohibición. El resultado no intencionado es un cambio hacia estas alternativas, aumentando el volumen total de plástico en circulación. Según el informe, “Las medidas han tenido un impacto insignificante en la reducción de plásticos de un solo uso, ya que las bolsas más delgadas todavía están en uso y las más gruesas están volviéndose más prevalentes”. A nivel de la UE, la directiva de 2019 sobre plásticos de un solo uso proporcionó una orientación más estricta. Por ejemplo, la directiva prohíbe el uso de plástico en platos desechables, incluso en cantidades mínimas, y extiende esta prohibición a artículos vendidos como embalaje, como comidas para llevar. Sin embargo, la implementación de estas medidas ha sido desigual en los estados miembros. Las tazas, sin embargo, presentan un desafío diferente. La directiva de la UE no prohíbe las tazas de plástico directamente, pero fomenta una “reducción significativa y sostenida” en su uso. Francia ha tomado medidas para alinearse con esta directiva, limitando el contenido de plástico en las tazas al 8% a partir de 2024. Sin embargo, la ley AGEC estipula que se requiere un mayor progreso para demostrar la viabilidad de alternativas libres de plástico para 2026. “Las limitaciones técnicas continúan obstaculizando la eliminación completa del plástico en ciertos productos”, señala el informe. Por ejemplo, las soluciones actuales para alternativas impermeables a menudo involucran el uso de materiales como los PFAS, que plantean sus propias preocupaciones ambientales. Zero Waste France enfatiza la necesidad de ir más allá de los sistemas de un solo uso por completo. El informe argumenta que “Reemplazar el plástico con otros materiales de un solo uso simplemente perpetúa la misma mentalidad consumista y orientada a la producción”. Los productos con contenido reducido de plástico a menudo se convierten en materiales múltiples, complicando su reciclaje y reduciendo la sostenibilidad general. Algunas medidas, como ofrecer descuentos para bebidas servidas en recipientes reutilizables, muestran promesa pero carecen de aplicación y conciencia pública. “Estas iniciativas, aunque simbólicas, colocan la responsabilidad en los consumidores en lugar de crear un cambio sistémico”, destaca el informe. El liderazgo de Francia en la regulación de plásticos de un solo uso refleja un paso importante hacia la sostenibilidad. Sin embargo, el camino está lejos de estar completo. A medida que el país avanza, los expertos sugieren que centrarse en cambios holísticos, como promover la reutilización y repensar los modelos de producción, será fundamental para alcanzar sus objetivos para 2040. “El estado actual de la regulación del plástico en Francia” fue creado y publicado originalmente por Packaging Gateway, una marca propiedad de GlobalData.