El líder de la milicia libanesa respaldada por Irán, Hezbollah, Naim Qassem, admitió el sábado que su grupo había perdido una ruta de suministro después del derrocamiento del régimen aliado de Bashar al-Assad en la vecina Siria.
“Hezbollah ha perdido la ruta de suministro militar a través de Siria. Este es un pequeño detalle. La resistencia es flexible y lo importante es su continuidad”, dijo Qassem en un discurso televisado.
La semana pasada, los rebeldes liderados por islamistas en Siria avanzaron hacia la capital Damasco y obligaron a al-Assad, que había gobernado durante más de dos décadas, a huir del país.
La captura de Damasco por parte de los rebeldes se produjo después de realizar importantes avances territoriales en un ofensiva relámpago en el país devastado por la guerra.
El derrocamiento de al-Assad ha sido un golpe para la llamada “eje de la resistencia” formado por los aliados de Irán.
Además de Hezbollah en Líbano y Hamas en la Franja de Gaza, la alianza anti-Israelí incluye milicias en Iraq y los hutíes en Yemen.
Qassem dijo que su grupo no juzgará a los rebeldes, ahora en el poder en Siria, hasta que tomen posiciones claras y la situación se estabilice en Siria.
“Esperamos que el nuevo gobierno en Siria considere a Israel un enemigo y no normalice las relaciones con él”, agregó.
El mes pasado, Israel y Hezbollah acordaron un alto el fuego después de difíciles negociaciones para detener más de un año de conflicto transfronterizo.