A menos de 10km (seis millas) del bullicioso centro de la ciudad de Damasco, en el suburbio del noroeste de Adra, un tramo árido de tierra está sellado con paredes de cemento. Mientras conduces, en el lado izquierdo, se observa un equipo de rescatistas de la organización humanitaria Cascos Blancos buscando fosas comunes.
En los últimos días, se han publicado videos en línea sobre fosas comunes donde el régimen de Bashar al-Assad enterró a aquellos torturados hasta la muerte en las infames cárceles de Siria.
En Adra, los Cascos Blancos habían encontrado un pequeño agujero donde varias bolsas grandes de plástico blanco estaban llenas de restos de cuerpos. Un mensaje simplemente dice: “Siete cuerpos, octava fosa, desconocido”.
El equipo estaba sacando los restos, cráneos y huesos, que recogieron. Las muestras de ADN se colocaron por separado en bolsas negras para su documentación y análisis posterior.
Ismael Abdullah, uno de los rescatistas, dice que llevan una pesada carga en sus hombros. “Miles de personas están desaparecidas. Va a llevar tiempo, mucho, llegar a la verdad sobre lo que les sucedió”, dice.
“Hoy, después de recibir una llamada sobre una posible fosa común aquí, encontramos en el suelo los restos de siete civiles”. Agrega que se realizaron todas las procedimientos necesarios “para que en el futuro podamos identificar a esas personas que fueron asesinadas”. El equipo está entre un pequeño número de personas que han sido capacitadas para documentar y recopilar evidencia forense.