Mientras la tinta se secaba en uno de los mayores acuerdos comerciales del mundo, firmado en Uruguay este mes y aclamado como un hito para la economía global, la ira estaba creciendo a miles de kilómetros de distancia en Francia. Bajo el acuerdo entre la UE por un lado, y Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay por el otro, los aranceles se reducirán considerablemente y se aumentarán los montos de importaciones y exportaciones permitidas. El trato afectaría a casi 800 millones de personas. Esto contrasta notablemente con los planes de Donald Trump de aumentar significativamente el proteccionismo cuando regrese a la Casa Blanca el mes próximo. El acuerdo aún necesita ser aprobado por los 27 estados miembros de la UE, y Francia planea bloquearlo, debido a temores de que perjudique a su sector agrícola. Alix Heurtault, una granjera francesa de 34 años, dice que está preocupada por su futuro si el acuerdo planeado sigue adelante. “Temo que el trato signifique que llegar a fin de mes sea aún más difícil para granjeros como yo”, dice. Como resultado, está cruzando los dedos para que el gobierno francés pueda detenerlo.