Aprovechando el Pensamiento de Diseño y la Inteligencia Artificial para Videos de Microaprendizaje

Combinando Design Thinking Con IA Para Videos de Microaprendizaje Atractivos

Como Diseñador Instruccional, siempre me ha atraído el desafío de simplificar conceptos complejos. En educación, donde el tiempo es un lujo y la participación puede ser esquiva, me pregunté: ¿Cómo puedo entregar momentos de aprendizaje impactantes en solo unos minutos? La respuesta se reveló a través de videos de microaprendizaje: pequeños, centrados en el aprendiz y enfocados. Pero la verdadera magia ocurrió cuando abordé la creación de contenido con el marco de design thinking, un proceso que transformó problemas en historias y soluciones.

Principios del Design Thinking
1. Empatizar

Comenzó con escuchar. Me senté con educadores, estudiantes y personal, escuchando sus frustraciones, como un profesor malabarista con calendarios o un miembro del personal abrumado por nuevas herramientas. Sus luchas se convirtieron en historias esperando ser contadas.

2. Definir

A partir de estas conversaciones, redefiní problemas en escenarios: ¿Cómo se ve esto en su mundo? Para el profesor, era la superposición caótica de reuniones. Este paso me dio claridad y dirección.

3. Idear

Con un escenario claro, me asocié con herramientas de IA para hacer lluvia de ideas. Juntos, escribimos guiones concisos, creamos ejemplos relacionables y diseñamos visuales que dieron vida a estas historias. Para conectar auditivamente, utilicé locuciones de IA, asegurando que el tono y el lenguaje fueran claros, atractivos y multilingües.

4. Prototipar

Compartí versiones iniciales de los videos, imperfectas pero accionables, con pequeños grupos. Sus comentarios fueron como un editor puliendo un borrador, dando forma a la narrativa hasta que encajara.

5. Probar

Finalmente, observé a los aprendices interactuar con los videos. ¿Estaban comprometidos? ¿Se fueron con respuestas? Sus reacciones me indicaron dónde refinar, asegurando que cada momento entregara valor.

Al tratar cada etapa como un proceso de narración, el design thinking me ayudó a transformar desafíos en soluciones que los aprendices podían ver, escuchar y relacionar, convirtiendo minutos en momentos que realmente importan.

Creación de Videos de Microaprendizaje Con Design Thinking y AI: Una Visión General del Proceso
1. Empatizar: Escuchar a la Comunidad

Cada gran solución comienza con entender al usuario. Comencé con una serie de conversaciones, sumergiéndome en las experiencias de educadores, estudiantes y personal. En lugar de superficializar, profundicé para descubrir sus puntos de dolor y necesidades.

Un profesor compartió frustraciones sobre la sincronización de calendarios para proyectos en equipo.
Un asistente de decano describió sentirse abrumado por nuevas herramientas sin una guía clara.
Un miembro del personal destacó la falta de recursos accesibles para estudiantes de habla hispana.

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Estas ideas no eran solo problemas; eran oportunidades para crear soluciones de aprendizaje significativas. Documenté estas conversaciones como reflexiones en mi diario, manteniendo el enfoque objetivo y empático.

Para definir más estos problemas, aproveché un chatbot de IA para transformar mis notas en preguntas de investigación accionables. Por ejemplo: ¿Cómo podemos enseñar la sincronización de calendarios de manera clara, atractiva? A partir de ahí, desarrollé un mapa mental con siete preguntas clave, cada una abordando una necesidad específica dentro de la comunidad.

2. Definir: Convirtiendo Desafíos en Escenarios

Con una comprensión clara de los desafíos de los usuarios, reformulé cada problema como un escenario para fundamentar mi enfoque: Para la sincronización de calendarios, visualicé: Un profesor malabarista con múltiples clases y reuniones necesita una guía clara y simple para combinar calendarios de manera eficiente.

Luego le pedí al chatbot que refinara mis ideas: “¿Qué pasos debería incluir un video de microaprendizaje para hacer la fusión de calendarios simple, atractiva y accionable?” La respuesta de la IA proporcionó un esquema estructurado que se convirtió en la hoja de ruta para el contenido del video. Este paso aseguró que el problema siguiera centrado en el aprendiz y conectado a las necesidades del mundo real.

3. Idear: Creando una Visión Para los Videos

Con el escenario establecido, comencé a idear soluciones y a co-crear con la IA para dar vida al contenido:

Desarrollo de Guiones

El siguiente paso fue dar vida a mi visión. Comencé redactando un guion, y aquí es donde el chatbot realmente se convirtió en mi co-creador. Me ayudó a perfeccionar el lenguaje, asegurando que el tono fuera profesional y accesible al mismo tiempo que mantenía el video relatable. El guion era conciso, máximo dos minutos, y se centraba en resolver un solo problema: fusionar calendarios. Por ejemplo: “Crear un guion de 2 minutos sobre la fusión de calendarios, utilizando escenarios de la vida real y manteniendo un tono alegre y claro”.

Diseño Visual

Recurrí a una herramienta de diseño gráfico en línea para crear diapositivas limpias y pulidas que se alinearan con el guion. Los visuales fueron intencionales, enfatizando acciones clave como botones de “sincronización” y vistas de calendario sin abrumar al aprendiz.

Accesibilidad y Locuciones

Generadores de voz alimentados por IA me permitieron crear narraciones de audio en inglés y español, asegurando que el contenido fuera inclusivo y accesible para todos los aprendices. Ajusté el tono y el ritmo para que coincidieran con el flujo de los visuales. Sincronizar la locución con los visuales fue un proceso delicado, pero con una sincronización cuidadosa, el resultado fue impecable, ofreciendo una experiencia de aprendizaje fluida e inmersiva para todos los espectadores.

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Juntos, estos elementos formaron un prototipo de video coherente, atractivo y centrado en el aprendiz.

4. Prototipar: Llevando la Visión a los Aprendices

Una vez que el video de microaprendizaje estuvo listo, lo compartí con la comunidad utilizando un enfoque multifacético:

Acceso Fácil

Subí el video a nuestro hub de capacitación, asegurando que fuera fácil de encontrar, estuviera bien organizado y categorizado para un acceso rápido. En la plataforma de video, optimicé el título y la descripción para que fuera fácil de encontrar, asegurándome de que cualquiera que buscara ayuda con la integración de calendarios pudiera encontrarlo fácilmente.

Participación Comunitaria

Pero mi parte favorita llegó cuando el video se convirtió en parte de una sesión de comunidad de práctica. En este momento, los participantes podían explorar los desafíos juntos, compartir sus experiencias y colaborar en tiempo real. Ver a los aprendices hacer clic para reproducir, absorber la información y ponerla inmediatamente en práctica fue el momento en que supe que todo el esfuerzo había valido la pena. Durante una sesión de comunidad de práctica, los aprendices veían el video, compartían ideas y discutían desafíos de manera colaborativa. Verlos aplicar de inmediato el contenido validaba su impacto.

La experiencia también generó la creación de un ciclo de retroalimentación en torno al uso de herramientas de calendario. A medida que los aprendices compartían sus pensamientos y desafíos, pude obtener nuevas ideas, lo que a su vez me ayudó a refinar el contenido del video para satisfacer mejor sus necesidades. Esta etapa no se trataba solo de la entrega, se trataba de observar, recopilar comentarios y refinar aún más la solución. Fue un ciclo continuo de mejora que no solo mejoró la experiencia de aprendizaje, sino que también profundizó mi comprensión de cómo apoyar mejor las necesidades en evolución de la comunidad.

5. Probar: Refinando a Través de Retroalimentación Continua

El verdadero poder del design thinking radica en su naturaleza iterativa. La retroalimentación llegaba casi instantáneamente. Muchos usuarios elogiaron la claridad de los videos, mientras que otros sugirieron características adicionales o soporte para diferentes idiomas. Utilizando herramientas de IA una vez más, analicé sus aportes para refinar el siguiente conjunto de videos. Cada iteración se volvió más pulida, inclusiva y adaptada a las necesidades en evolución de los aprendices.

El flujo de trabajo impulsado por IA para crear diapositivas y guiones hizo que estos ajustes fueran sencillos. Los cambios se implementaron sobre la marcha, manteniendo el contenido fresco, receptivo y en sintonía con las necesidades de la audiencia. Este enfoque también aseguró que la capacitación siguiera siendo relevante, adaptándose rápidamente a los nuevos lanzamientos tecnológicos y manteniendo a los aprendices conectados e interesados durante toda la experiencia.

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Utilizando herramientas de IA, analicé la retroalimentación y realicé ajustes en tiempo real:

Se actualizaron los guiones.
Se afinaron los visuales.
Se produjeron nuevos videos para abordar necesidades en evolución.

Lo que hizo realmente única a este proceso fue la inmediatez: todo sucedió en tiempo real durante la entrega del curso. Los usuarios vieron sus sugerencias integradas sin problemas en los videos, creando una sensación de colaboración y propiedad. Esto aumentó drásticamente el compromiso, ya que los participantes se sintieron como co-creadores del curso.

Esta respuesta inmediata creó un ciclo de retroalimentación donde los aprendices se sintieron escuchados e involucrados, convirtiéndolos en colaboradores activos. Al integrar sus sugerencias, los videos se mantuvieron frescos, relevantes y atractivos.

El Impacto: Soluciones que Empoderan

Lo que comenzó como conversaciones se transformó en soluciones que empoderaron a los aprendices. Estos videos de microaprendizaje no solo eran herramientas, sino que se convirtieron en puentes que conectaban a los usuarios con el conocimiento de una manera accesible, oportuna y accionable.

El proceso de design thinking: empatizar, definir, idear, prototipar y probar, aseguró que cada video abordara una necesidad real y entregara valor inmediato. Pero el proceso no se detuvo ahí. Cada paso alimentaba al siguiente, creando un ciclo de mejora. Con cada iteración, la retroalimentación se convirtió en combustible, convirtiendo desafíos en oportunidades y evolucionando el contenido en una versión cada vez mejor.

La IA fue el catalizador que amplificó este viaje. Agilizó la redacción de guiones, perfeccionó los visuales y aseguró la inclusividad a través de locuciones multilingües, haciendo que el proceso fuera más rápido e inteligente. Las herramientas de IA no reemplazaron la creatividad, la ampliaron, ayudándome a explorar ideas que no había imaginado y a probar soluciones rápidamente.

Juntos, el design thinking y la IA formaron un sistema en constante movimiento: una historia continua de aprendizaje, refinamiento e innovación. Cada video fue un escalón, construyendo hacia una visión más amplia de educación accesible y centrada en el aprendiz que evoluciona junto al mundo al que sirve. Al mantenerse iterativo y centrado en el aprendiz, descubrí nuevas formas de hacer que el aprendizaje sea impactante, un video de microaprendizaje a la vez.

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