El sábado, Putin dijo que el “incidente trágico” había ocurrido cuando los sistemas de defensa aérea rusos estaban repeliendo drones ucranianos, y expresó sus “condolencias profundas y sinceras a las familias de las víctimas”. El presidente ruso reconoció que el avión había intentado aterrizar repetidamente en el aeropuerto de Grozny, en Chechenia. Sin embargo, en ese momento las ciudades de Grozny, Mozdok y Vladikavkaz estaban “siendo atacadas por vehículos aéreos no tripulados ucranianos, y los sistemas de defensa aérea rusos repelieron estos ataques”, dijo Putin. El presidente de Ucrania, Volodymr Zelensky, dijo que Rusia debe “dejar de difundir desinformación” y que los daños en el fuselaje del avión eran “muy parecidos a un impacto de misil de defensa aérea”. El comunicado del Kremlin no admitió directamente que el avión hubiera sido alcanzado por misiles rusos. Aliyev dijo que Bakú había exigido a Rusia “reconocer su culpabilidad”, castigar a los responsables y pagar una compensación a Azerbaiyán y a los supervivientes heridos del accidente. Azerbaiyán y Rusia son aliados. El presidente azerbaiyano dijo: “Nadie habría pensado que en un país que nos es amistoso, nuestro avión sería atacado desde tierra.” Sus palabras llegaron cuando Azerbaiyán rendía homenaje a los pilotos y pasajeros del avión derribado. Tres miembros de la tripulación – el capitán Igor Kshnyakin, el copiloto Alezander Kalayaninov y la azafata Hokuma Aliyeva – recibieron honores distinguidos por aterrizar el avión de una manera que permitió que 29 personas sobrevivieran, aunque esto condujo a su propia muerte.