Los cuatro principales grupos de oposición han rechazado a Kavelashvili y boicoteado el parlamento. Todavía no está claro cómo se resolverá el enfrentamiento. Los manifestantes, agitando banderas de Georgia y de la UE, formaron una cadena humana que se extendió por kilómetros el sábado. “Estoy en la calle junto con toda mi familia tratando de sacar de alguna manera a este pequeño país de las garras del imperio ruso”, dijo un manifestante a la Associated Press. Georgia Dream se ha vuelto cada vez más autoritario en los últimos años, aprobando leyes al estilo ruso que atacan a los medios de comunicación y a los grupos no gubernamentales que reciben financiación extranjera, así como a la comunidad LGBT. Se negó a unirse a las sanciones occidentales contra Rusia después de la invasión a gran escala de Ucrania, y llamó a Occidente el “partido de la guerra global”, burlándose de su objetivo declarado de unirse a la UE y a la OTAN. Una abrumadora mayoría de georgianos respalda el camino del país hacia la UE y es parte de la constitución. Pero en noviembre, el partido gobernante del país dijo que el gobierno no buscaría conversaciones de adhesión a la UE hasta 2028. El anuncio provocó días de protestas, y la policía antidisturbios usó gas lacrimógeno y cañones de agua contra los manifestantes, que se defendieron lanzando fuegos artificiales y piedras. Esta semana, Estados Unidos impuso sanciones al ex primer ministro de Georgia y fundador multimillonario de Georgian Dream, Bidzina Ivanishvili. Georgia es una democracia parlamentaria con el presidente como jefe de estado y el primer ministro como jefe del parlamento. La actual presidenta, Zourabichvili, ha denunciado la elección de Kavelashvili – que se hizo bajo un sistema de colegio electoral en el que él era el único candidato – como una farsa. Cuando Zourabichvili se convirtió en presidenta en 2018, fue respaldada por Georgia Dream, pero desde entonces ha condenado su controvertida victoria electoral a finales de octubre como una “operación especial rusa” y ha apoyado las protestas nocturnas pro-UE frente al parlamento. Zourabichvili ha prometido no renunciar el domingo. El gobierno dice que si se niega a dejar el cargo estará cometiendo un delito.