El equipo de baloncesto masculino de Dartmouth College está abandonando su histórica propuesta de formar un sindicato, meses después de votar a favor de hacerlo.
La decisión, anunciada el martes, llega en un momento en que los republicanos están a punto de tomar el control de la Junta Nacional de Relaciones Laborales, lo que podría afectar quién puede sindicalizarse en los campus universitarios. Una oficina regional de la junta allanó el camino a principios de este año para que los jugadores votaran sobre la petición, dictaminando que los estudiantes atletas eran empleados y por lo tanto tenían derecho a sindicalizarse.
Dartmouth no estuvo de acuerdo con esa opinión y se negó a negociar con el equipo hasta que los cinco miembros de la NLRB se pronunciaran sobre el tema. Actualmente, el panel de cinco miembros tiene dos vacantes, por lo que el próximo presidente, Donald Trump, podría dar forma rápidamente a la junta. Al retirar la petición, el Sindicato Internacional de Empleados de Servicio, Local 560, que representa a los jugadores, decidió no arriesgarse con la nueva junta y potencialmente poner en peligro una opinión negativa.
“Al presentar una solicitud para retirar nuestra petición hoy, buscamos preservar el precedente establecido por este grupo excepcional de jóvenes del equipo de baloncesto masculino”, dijo el presidente local, Chris Peck, en una declaración a la Associated Press. “Han llevado la conversación sobre el empleo y la negociación colectiva en los deportes universitarios hacia adelante y han hecho historia al ser clasificados como empleados, ganar su elección sindical 13-2 y convertirse en la primera unidad de negociación certificada de atletas universitarios en el país”.
El sindicato del equipo de Dartmouth amenazaba con trastornar los deportes universitarios y añadía más urgencia a los esfuerzos de la Asociación Nacional de Atletismo Universitario para resolver la cuestión de si los estudiantes atletas son empleados que pueden negociar colectivamente. La NCAA ha presionado al Congreso para que apruebe una ley que afirme que los atletas universitarios no son empleados. El próximo Congreso parece probable que conceda esa solicitud.