Ucrania pondrá fin al tránsito de gas ruso hacia Europa.

El gas ruso representó menos del 10% de las importaciones de gas de la UE en 2023, según cifras del bloque, en comparación con el 40% en 2021. Pero varios miembros de la UE, incluidos Eslovaquia y Austria, continúan importando cantidades significativas de gas de Rusia. El regulador de energía de Austria dijo que no preveía interrupciones en el suministro, ya que había diversificado las fuentes y acumulado reservas. Pero la decisión de Ucrania ya ha causado serias tensiones con Eslovaquia, que ahora es el principal punto de entrada del gas ruso en la UE y obtiene tarifas de tránsito por transportar el gas a Austria, Hungría e Italia. El primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, quien acababa de hacer una visita sorpresa a Moscú para hablar con el presidente ruso Vladimir Putin, amenazó con interrumpir el suministro de electricidad a Ucrania. Esto llevó a Zelensky a acusarlo de ayudar a Putin a “financiar la guerra y debilitar a Ucrania”. “Fico está arrastrando a Eslovaquia a los intentos de Rusia de causar más sufrimiento a los ucranianos”, dijo el presidente ucraniano. Polonia se ha ofrecido a apoyar a Kyiv en caso de que Eslovaquia corte sus exportaciones de electricidad, suministros que son cruciales para Ucrania, cuyas centrales eléctricas son atacadas regularmente por Rusia. Moldavia, que no es parte de la UE, podría verse seriamente afectada por el fin del acuerdo de tránsito. El gas alimentaba una central eléctrica en la que Moldavia depende para la mayor parte de sus necesidades de electricidad. También suministraba a la región separatista respaldada por Rusia de Transnistria, un pequeño trozo de tierra situado entre Moldavia y Ucrania. El ministro de Energía de Moldavia, Constantin Borosan, dijo que el gobierno había tomado medidas para garantizar suministros estables de energía al país, pero pidió a los ciudadanos que ahorren energía. Un estado de emergencia de 60 días en el sector energético está en vigor en Moldavia desde mediados de diciembre. La presidenta Maia Sandu acusó al Kremlin de “chantaje” posiblemente destinado a desestabilizar su país antes de las elecciones generales de 2025. El gobierno moldavo también dijo que había ofrecido ayuda a Transnistria.

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