However, they warned that a combination of slow growth, high inflation, and rising taxes could lead to a challenging economic environment for businesses and households alike.
Overall, the economists in the survey painted a picture of a UK economy struggling to regain its footing after the shocks of recent years. Despite some positive indicators, such as rising wages and moderate growth, the outlook remains uncertain and dependent on a range of factors, including government policy, global economic conditions, and the ongoing impact of the COVID-19 pandemic.
As Chancellor Reeves navigates these challenges, she will need to make tough decisions about taxation, spending, and economic stimulus in order to steer the UK towards a more stable and prosperous future.
El problema principal, según Bart van Ark, director del Instituto de Productividad de la Universidad de Manchester, es que “los niveles de precios siguen siendo percibidos como altos, incluso después de una corrección en los salarios reales”.
Nick Bosanquet, ex profesor del Imperial College ahora en la consultora Aiming for Health Success, dijo que la “ansiedad” sobre la inflación significaba que “la mayoría de los hogares serán solventes… pero con muchas preocupaciones sobre el futuro”.
Bronwyn Curtis, presidenta del TwentyFour Income Fund, añadió: “El principal impacto positivo [del fuerte crecimiento salarial] ya es cosa del pasado, y gravar a la población activa no les hará sentirse mejor económicamente”.
Los impuestos más altos deberían llevar eventualmente a mejores servicios públicos que harán que los hogares se sientan más seguros, incluso si tienen menos capacidad para gastar, dijo Kate Barker, ex miembro del comité de política monetaria del Banco de Inglaterra.
Simon Wells y Liz Martins, economistas de HSBC, dijeron que el mercado laboral era “la mayor incógnita” para 2025, señalando los planes corporativos para hacer frente al inminente aumento de los costos laborales mediante la reducción de la plantilla, la automatización, la externalización de empleos, la reducción de salarios o el aumento de precios.
“Todos estos aspectos son negativos para los trabajadores del Reino Unido”, añadieron. “Así que la pregunta es cómo se distribuirá el dolor”.
Reportaje adicional de Jim Pickard