Pero los argumentos no lograron convencer a Biden, quien se había manifestado en contra del acuerdo a principios del año pasado.
La transacción también fue criticada por el presidente electo Donald Trump y el próximo vicepresidente, JD Vance.
El panel del gobierno de EE. UU. encargado de revisar el acuerdo por riesgos de seguridad nacional no logró llegar a un consenso a fines de diciembre, dejando la decisión en manos de Biden, quien debía actuar dentro de un plazo de 15 días.
En su anuncio del viernes, dijo que mantener la propiedad estadounidense era importante para mantener fuerte la industria del acero de EE. UU. y sus cadenas de suministro.
“Como he dicho muchas veces, la producción de acero, y los trabajadores del acero que lo producen, son la columna vertebral de nuestra nación”, dijo.
“Eso es porque el acero impulsa nuestro país: nuestra infraestructura, nuestra industria automotriz y nuestra base industrial de defensa. Sin producción de acero nacional y trabajadores del acero nacionales, nuestra nación es menos fuerte y menos segura.”
El sindicato de trabajadores del acero de Estados Unidos calificó la decisión como “la movida correcta para nuestros miembros y nuestra seguridad nacional”, diciendo que su oposición había sido impulsada por preocupaciones sobre la viabilidad a largo plazo de su industria.
“Estamos agradecidos por la disposición del presidente Biden a tomar medidas audaces para mantener una fuerte industria del acero nacional y por su compromiso de por vida con los trabajadores estadounidenses”, dijo el presidente David McCall.