Marcus Epps, un residente en la Residencia de Maestros Educadores Negros, imparte una lección de matemáticas a una clase de tercer grado en la Escuela Primaria Castle en Bakersfield.
Crédito: Emma Gallegos / EdSource
California necesita hacer mucho más por los estudiantes negros, y los esfuerzos para hacerlo últimamente son pocos, escasos y diluidos.
Desde hace años, nuestro estado ha sido considerado un líder en equidad educativa y señalado como un modelo para otros estados en cuanto a financiamiento equitativo y otros programas. Sin embargo, desde su inicio, la Fórmula de Financiamiento del Control Local ha dejado de lado a los estudiantes negros, el grupo de estudiantes que recibe menos apoyo y recursos de las escuelas. Y a pesar de años de “equidad” siendo una palabra de moda cada vez más escuchada en Sacramento, seguimos viendo un progreso alarmantemente bajo en los resultados académicos.
Ahora, en medio de una creciente hostilidad en torno a reconocer el legado de la esclavitud y su impacto continuo en las personas negras en América, la reciente reversión de la acción afirmativa y un asalto total contra enseñar la verdad en las aulas en todo el país, los líderes de California deben ser tan audaces con sus acciones como lo son con su retórica.
Tomemos, por ejemplo, el estado actual del requisito del curso de estudios étnicos de California. Los estudios étnicos ayudan a ampliar la conciencia de las experiencias de las personas negras, garantizando que los estudiantes negros se vean reflejados en el plan de estudios, y mejoran el rendimiento académico de los estudiantes negros. En 2021, los líderes estatales aprobaron el curso como un requisito que todos los estudiantes de último año de secundaria deben completar para 2030.
Aunque el Departamento de Educación de California ha tomado algunos pasos iniciales para apoyar la implementación de este nuevo requisito, hay mucho más por hacer para que los estudios étnicos universales se conviertan en una realidad, como recientemente señaló el gobernador Gavin Newsom en una carta a los distritos. La implementación de los estudios étnicos ahora requiere un esfuerzo concertado de los líderes estatales y de los distritos. En primer lugar, los líderes del distrito deben priorizar el desarrollo de un plan de estudios adaptado localmente, adoptar materiales de instrucción de alta calidad y garantizar que los maestros tengan oportunidades de desarrollo profesional de alta calidad.
Los distritos también deberían considerar formas innovadoras de incorporar y alinear completamente los estudios étnicos con otras ofertas, como la inscripción dual, para que los estudiantes puedan tomar cursos de estudios étnicos a nivel universitario y cumplir simultáneamente con el requisito de graduación de la escuela secundaria mientras obtienen créditos universitarios. Los distritos también deberían comunicarse con los estudiantes y sus familias para asegurarse de que estén al tanto del nuevo requisito y de las próximas oportunidades para tomar el curso.
Por último, estas y otras necesidades de implementación conllevan costos que el estado aún no ha abordado completamente. Los legisladores deberían proporcionar recursos financieros específicos en el próximo ciclo presupuestario del estado para garantizar que la implementación de los estudios étnicos esté completamente financiada y en marcha.
Implementar los estudios étnicos de manera efectiva no es una panacea que erradicará el racismo de las escuelas de California. Pero es un paso tangible, uno que es aún más importante en medio de una reacción cada vez más agresiva contra abordar los cientos de años de opresión experimentados por las personas negras en América. De hecho, numerosos líderes de distritos de California están dando la bienvenida a esta reacción a través de sus propias acciones discriminatorias, con múltiples juntas escolares en todo el estado restringiendo a los maestros de hablar sobre la raza en sus aulas. Francamente, este no es solo un problema de Florida.
Al parecer, tendemos a evitar una conversación más honesta en nuestro propio estado, a veces casi descartando los incidentes racistas como casos aislados y señalando con el dedo a otros estados desde un supuesto manto de progresismo y antirracismo. Pero para los estudiantes negros en Anaheim que fueron amenazados con imágenes de armas y insultos raciales de otros estudiantes, para los estudiantes negros en Dixon que fueron publicados en línea, etiquetados como monos por un compañero estudiante, estos incidentes no son casos aislados, son parte de lo que significa vivir en California para ellos. Nuestro compromiso con valorar la diversidad debe incluir no solo denunciar estos incidentes, sino tomar acciones tangibles y proactivas para prevenirlos mientras se eleva a los estudiantes negros.
California realmente puede estar a la vanguardia del movimiento nacional para rechazar definitivamente el nacionalismo blanco que cada vez se está infiltrando más en la corriente principal, pero solo si priorizamos la acción tangible tanto como la retórica convincente. Deberíamos ser el estado que lidere no solo en aprobar legislación, sino en desarrollar e implementar políticas y prácticas que se centren en servir a los estudiantes negros y a otros estudiantes marginados, sabiendo que en última instancia todos los estudiantes lo harán mejor si priorizamos a los estudiantes actualmente en los márgenes.
Desde decisiones de financiamiento e implementación de estudios étnicos hasta los cambios de política sugeridos por la Fuerza de Tarea de Reparaciones de California, el estado tiene una gran cantidad de estrategias tangibles para elegir que son completamente legales incluso frente a la reciente decisión de la Corte Suprema sobre la acción afirmativa, y ahora es el momento de redoblar esfuerzos en tales estrategias. Después de todo, como va California, así va la nación.
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Natalie Wheatfall-Lum es directora de políticas de educación de TK-12 en The Education Trust–West, una organización estatal de investigación, política y defensa centrada en la justicia educativa y en cerrar las brechas de logros y oportunidades para estudiantes desatendidos, especialmente estudiantes de comunidades de bajos ingresos.
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