En su primer mandato, el Sr. Simitis se propuso reducir el gasto público y privado extravagante de Grecia y buscar preparar la economía para cumplir con los objetivos de la Unión Europea para la entrada de su país en la eurozona. Había logrado reducir la inflación y la deuda pública mientras estabilizaba la moneda dracma.
Su manera cautelosa ofrecía un marcado contraste con los años de Papandreou.
“Necesitábamos a alguien que dijera menos y hiciera más, una persona que fuera un griego común, que no descendiera de lo alto y que no ocultara problemas con mitos interminables”, dijo Dimitris Rappas, portavoz del gobierno, al New York Times en 1996.
El Sr. Simitis ganó un segundo mandato en 2000, pero solo por una mayoría muy ajustada y lejos del respaldo que había buscado contra su principal rival, Kostas Karamanlis, líder del Partido Nueva Democracia. También fue durante el mandato del Sr. Simitis que Grecia finalmente hizo su ajuste de cuentas con el temido movimiento terrorista urbano 17 de noviembre que surgió de una lucha popular contra los oficiales militares apoyados por Estados Unidos que tomaron el poder en 1967.
En 2002, un terrorista herido comenzó a hablar y, como resultado, la policía realizó una serie de arrestos que persuadieron a las autoridades a decir que la mayoría de la organización había sido capturada. Theodore Couloumbis, analista político, dijo en ese momento que el país había experimentado un “cambio radical”.
“Hemos cruzado el umbral de una democracia inestable a una consolidada”, dijo.
Dos años después, sin embargo, el Sr. Simitis renunció como presidente de PASOK y dijo que no se presentaría a las próximas elecciones, en las que su partido perdió ante Nueva Democracia. Fue sucedido como jefe de PASOK por George Papandreou, hijo de Andreas Papandreou quien, en ese momento, era ministro de Relaciones Exteriores de Grecia.