6 de enero de 2021: Un día que vivirá en la infamia

Hoy se cumple el cuarto aniversario del peor acto de insurrección en la historia de nuestra nación. Instigados por el Presidente Donald Trump, quien insistía en que en realidad había ganado las elecciones de 2020, una gran multitud asaltó el Capitolio de los Estados Unidos con la esperanza de detener la certificación de la elección de Joe Biden.

Para ser claros, Trump es un mentiroso de primera categoría y un perdedor muy resentido. Simplemente se negó a admitir que perdió las elecciones, limpiamente. Biden ganó el voto electoral y el voto popular. El abogado de Trump desafió los resultados de las votaciones en varios estados. Presentaron más de 60 demandas, apelaron dos veces a la Corte Suprema de los Estados Unidos, y perdieron cada vez. Perdieron en tribunales donde el juez fue nombrado por Trump, así como por otros Presidentes.

Aun así, se negó a conceder su derrota. Pasó los últimos cuatro años afirmando que le habían engañado, a pesar de que nunca presentó ni un ápice de evidencia para respaldar sus mentiras. Varios de sus abogados fueron disciplinados o expulsados. Su abogado personal, Rudy Giuliani, fue expulsado y también multado con $148 millones por difamar a dos trabajadores electorales en Georgia. Aunque había declarado que estaba en bancarrota, Giuliani continúa entregando sus activos a las mujeres a las que difamó. Trump no puede indultar sentencias civiles, por lo que es probable que Giuliani pierda no solo su licencia de abogado sino todos sus activos.

Sin embargo, Trump sobrevivió, habiendo persuadido a su fiel base de que fue engañado en 2020, a pesar de su falta de evidencia y múltiples acusaciones y condenas.

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La historia dirá esto sobre Trump:

Fue el primer Presidente que se negó a participar en la transferencia pacífica del poder al ganador de las elecciones.

Fue el primer Presidente en inspirar una insurrección contra el gobierno.

Será el primer felon convicto en servir como Presidente.

Su insurrección y su nombre vivirán para siempre en la infamia.

Un legado bastante ignominioso.

Para leer un excelente artículo de Robert Reich sobre el mismo tema, abre este enlace.

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