La tensión ha estado aumentando en el país a medida que se acerca el día de la toma de posesión presidencial, programada para el viernes, con tanto Maduro como González diciéndole a sus seguidores que serán juramentados.
El gobierno de Maduro, que ha estado en el poder desde 2013, ha desplegado miles de policías y cortado las principales carreteras que conducen a la capital, Caracas, en lo que se ve ampliamente como una táctica para disuadir cualquier protesta antigubernamental.
Pero González, quien ha estado viviendo en el exilio en España desde septiembre, dice que desafiará una orden de arresto que ha sido emitida en su contra y regresará a su patria para asumir el cargo.
Sin embargo, no ha dado detalles sobre cómo planea ingresar a Venezuela, donde el gobierno ofrece una recompensa de $100,000 (£80,000) por información que conduzca a su arresto.
González tampoco ha dicho cómo planea ser juramentado cuando la Asamblea Nacional, el órgano legislativo donde se realiza el juramento presidencial, esté firmemente en manos de los leales al gobierno.
La oposición, sin embargo, ha permanecido desafiante y ha llamado a sus seguidores a salir a las calles el jueves.
También ha reunido un importante apoyo internacional con la visita de González a la Casa Blanca, la última parada en una gira que también lo ha llevado a reunirse con los presidentes de Argentina y Uruguay.
En los tres países, fue recibido por multitudes de venezolanos que sostenían carteles que decían “libertad”.
Casi ocho millones de venezolanos han abandonado su patria en los últimos años para escapar de las dificultades económicas y la persecución política, y muchos de ellos viven en América Latina y Estados Unidos.
Tras la reunión de Biden con González el lunes, la Casa Blanca dijo que seguirá “de cerca” la respuesta que dará la autoridad de Venezuela a las protestas de la oposición planeadas para el jueves.
Tras las elecciones de julio, miles de venezolanos que expresaron su enojo por la afirmación de Maduro de la victoria electoral fueron arrestados y acusados de “terrorismo”. Muchos siguen tras las rejas.
La líder de la oposición, María Corina Machado, quien fue impedida de postularse en las elecciones y quien respaldó a Edmundo González, dijo a la agencia de noticias AFP el lunes que todo lo que le queda al gobierno de Maduro es miedo.
“Si todos salimos, millones, ¿cómo pueden unos pocos cientos o unos pocos miles de personas armadas [prevalecer] contra 30 millones de venezolanos?”, preguntó.
Refiriéndose a los recuentos de votos que la oposición ha hecho públicos, también insistió en que “todo el mundo sabe” que González es “el presidente electo legítimo”.
Los recuentos de votos, un desglose oficial detallado de los votos de cada mesa electoral, han estado en el centro de la disputa sobre quién ganó las elecciones.
El Consejo Nacional Electoral alineado con el gobierno declaró a Maduro ganador el 29 de julio, un día después de la votación, pero hasta el día de hoy no ha proporcionado los recuentos para respaldar su afirmación.
Con la ayuda de testigos electorales acreditados, la oposición logró recopilar y publicar más del 80% de los recuentos de votos.
Observadores independientes y medios de comunicación, incluidos los medios de comunicación estadounidenses New York Times y CNN, han revisado los recuentos y dicen que sugieren que Edmundo González ganó las elecciones con el 67% de los votos, en comparación con el 30% de Maduro.
En diciembre, el Comité de Derechos Humanos de la ONU ordenó a Venezuela “abstenerse de destruir” los recuentos de votos.