Donald Trump se ha negado a descartar el uso de la fuerza para obtener Groenlandia o tomar el control del Canal de Panamá, al mismo tiempo que prometió renombrar el Golfo de México como el “Golfo de América”.
En una conferencia de prensa improvisada menos de dos semanas antes de asumir el cargo, el presidente electo de Estados Unidos amenazó con utilizar el poder económico y militar de su país contra aliados tradicionales para promover la seguridad nacional y la expansión territorial.
Al ser preguntado si excluiría el uso de coerción militar o económica para adquirir Groenlandia o asumir el control del Canal de Panamá, dijo: “No, no puedo asegurarlo en ninguno de los dos casos. Pero puedo decir esto, los necesitamos por razones de seguridad económica… Necesitamos Groenlandia por razones de seguridad nacional”.
En la conferencia de prensa del martes en su finca Mar-a-Lago en Florida, Trump prometió “imponer aranceles a Dinamarca a un nivel muy alto” a menos que el país renunciara al control de Groenlandia, la cual había intentado comprar durante su primer mandato.
Anteriormente, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, dijo que Groenlandia, que es una parte autónoma del reino de Dinamarca, “no está en venta”, pero destacó que estaba dispuesta a cooperar con Washington en el Ártico.
En respuesta a los últimos comentarios de Trump, añadió que Estados Unidos era el “aliado más importante y cercano” de Dinamarca y que no podía “imaginar” que llegarían a una posible coerción militar o económica para obtener el control de Groenlandia.
Desde 2019, Trump ha buscado el control de la isla más grande del mundo, la cual alberga solo 56,000 personas pero es central para la estratégica región del Ártico.
También argumentó en su conferencia de prensa que Estados Unidos necesitaba controlar el Canal de Panamá, el cual el país construyó hace más de 100 años, debido a su papel estratégico.
“El Canal de Panamá es vital para nuestro país”, dijo. “Está siendo operado por China… Y le dimos el Canal de Panamá a Panamá, no se lo dimos a China”.
Panamá opera el Canal de Panamá, no China.
En un ataque adicional a un aliado tradicional, Trump dijo que una anexión de Canadá por parte de Estados Unidos “sería realmente algo”, pero ocurriría a través de “fuerza económica” en lugar de acción militar.
“Te deshaces de esa línea dibujada artificialmente, y echas un vistazo a cómo se ve eso, y también sería mucho mejor para la seguridad nacional. No olvides, básicamente protegemos a Canadá”, dijo.
Citando los déficits de Estados Unidos con ambos países y una afluencia de migrantes a través de la frontera sur de Estados Unidos, Trump dijo que estaba dispuesto a imponer aranceles más altos tanto a México como a Canadá. “Vamos a poner aranceles muy serios a México y Canadá… Luego queremos llevarnos bien con todos”, dijo.
“Vamos a cambiar el nombre del Golfo de México al Golfo de América”, añadió. “Qué nombre tan hermoso. Y es apropiado”.
Trump calificó a México como un “lugar muy peligroso” que “permite que millones de personas entren en nuestro país” y que está “básicamente controlado por los carteles de la droga”.
México ha estado viviendo una ola sin precedentes de homicidios desde 2009, con grupos criminales organizados extendiendo su alcance desde el tráfico de drogas y migrantes hasta el robo de petróleo y la extorsión.
Cuando Trump sugirió inicialmente imponer aranceles a México y Canadá poco después de su elección en noviembre, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, insinuó inicialmente medidas retaliatorias.
Aunque los dos líderes dijeron que posteriormente tuvieron una conversación cordial, Sheinbaum ahora se está preparando para una avalancha de deportaciones masivas, barreras comerciales y presiones para una mayor participación de Estados Unidos en la lucha contra los carteles.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, respondió en redes sociales que ambos países se benefician de ser el mayor socio comercial y de seguridad del otro. “No hay ni una posibilidad remota de que Canadá se convierta en parte de los Estados Unidos”, publicó en X.
Reportaje adicional de Richard Milne e Ilya Gridneff