La Sra. Nweke no está sola en su misión de desmentir mitos y mejorar la atención. El Proyecto Oscar – una organización benéfica destinada a mejorar el diagnóstico y tratamiento de la ictericia neonatal – recientemente comenzó a operar en Lagos. El proyecto lleva el nombre del defensor de discapacidades nacido en Vietnam y residente británico, Oscar Anderson, cuya ictericia no tratada causó su parálisis cerebral. “Estamos equipando instalaciones de salud en los niveles primario, secundario y terciario con equipos para tratar la ictericia, principalmente cajas de luz, pero también equipos de detección y cribado”, Toyin Saraki, que supervisó el lanzamiento, le dice a la BBC. El Proyecto Oscar, respaldado por la firma de salud del consumidor Reckitt, está capacitando a 300 trabajadores de la salud en Lagos. La esperanza durante el primer año es llegar a 10.000 madres, realizar el cribado de 9.000 niños e introducir nuevos protocolos para tratar de prevenir que los bebés con ictericia desarrollen parálisis cerebral. En un país donde el sistema de salud pública está sobrecargado, el gobierno tiene poco que decir sobre el trastorno, aunque elogió los objetivos del proyecto Oscar. Los médicos dicen que el tratamiento de la ictericia neonatal es significativamente más barato que el costo de la atención de por vida. Lanzado por primera vez en Vietnam en 2019, el Proyecto Oscar ha ayudado a unos 150.000 niños en el país asiático. El Sr. Anderson, de 22 años, dice que quiere evitar que otros niños experimenten lo que él ha pasado. “Las personas con discapacidades no deben subestimarse”, le dice a la BBC. Está trabajando para garantizar el cribado de cada recién nacido para la ictericia neonatal y, con el apoyo y la valentía de madres, parteras y profesionales médicos, asegurar que haya una mejor comprensión y un tratamiento más rápido. Sin embargo, lograr esto es un objetivo enormemente ambicioso en el país más poblado de África, donde miles de bebés nacen cada año con ictericia neonatal. A pesar de todo, el Sr. Anderson está decidido a desafiar las probabilidades. “El trabajo no se detiene hasta que todos los bebés estén protegidos contra la ictericia neonatal”, dice.