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El presidente de un grupo interpartidista de diputados ha escrito a los jefes del organismo regulador financiero del Reino Unido y la Bolsa de Londres para plantear preocupaciones sobre el grupo de moda rápida Shein antes de su planeada salida a bolsa.
Liam Byrne, quien preside el comité selecto de negocios y comercio de la Cámara de los Comunes, dijo que los diputados tenían dudas sobre la integridad de la cadena de suministro de Shein después de escuchar “evidencia controvertida” de la empresa esta semana como parte de una investigación más amplia sobre los derechos laborales en el lugar de trabajo.
Byrne escribió a Nikhil Rathi, director ejecutivo de la Autoridad de Conducta Financiera, y Dame Julia Hoggett, directora de la Bolsa de Londres, para decir que el comité “tuvo dificultades para recibir respuestas transparentes de Shein sobre sus prácticas comerciales”.
Pidió a ambas organizaciones más detalles y controles en los procesos de listado después de que un alto empleado de Shein se negara a responder múltiples preguntas sobre si el algodón que utiliza en algunos de sus productos provenía de la región de Xinjiang en China, un área vinculada a acusaciones de uso de trabajo forzado, así como sobre los planes de buscar una cotización en Londres este año.
Shein, que fue fundada en China y tiene su sede en Singapur, utiliza miles de fabricantes en China para fabricar sus prendas y posteriormente venderlas a precios ultra bajos a nivel mundial.
Ha crecido desde la pandemia de Covid-19 pero también ha enfrentado acusaciones de malas prácticas laborales en su cadena de suministro. La empresa ha dicho repetidamente que tiene una “política de tolerancia cero” con respecto al trabajo forzado y se entiende que gran parte de su algodón proviene de Australia y Estados Unidos.
La FCA dijo en respuesta a la carta de Byrne: “Esperamos poder establecer nuestro papel en nuestra respuesta al comité”.
Rathi dijo al Financial Times el mes pasado que la decisión de la FCA sobre si autorizar a una empresa a cotizar en Londres dependería únicamente de sus divulgaciones, no “cada aspecto de su comportamiento empresarial”.
Sin comentar específicamente sobre Shein, Rathi dijo que no era “inusual” que las empresas cotizadas en el Reino Unido tuvieran riesgos legales en todo el mundo y “lo importante es que lo divulguen, los inversores lo entiendan y puedan valorar ese riesgo”.
Antes de que una empresa pueda cotizar en el Reino Unido, la FCA verifica que su folleto contenga todos los elementos que debería, pero no verifica la exactitud de esta información.
Cualquier inexactitud u omisión descubierta posteriormente puede dar lugar a demandas de inversores y acciones de cumplimiento de la FCA.
Rathi acompañará a la canciller del Reino Unido, Rachel Reeves, en un viaje de tres días a China este fin de semana y podría discutir los planes de cotización de Shein con sus homólogos en Beijing.
David Schwimmer, director ejecutivo de LSEG, que es propietaria de la Bolsa de Londres, también forma parte de la delegación.
Byrne dijo que estaba “profundamente preocupado por la falta de respuestas francas y abiertas a algunas preguntas extremadamente simples y básicas” de Shein sobre su cadena de suministro en su carta a Hoggett.
Preguntó si la LSEG podía verificar “declaraciones de empresas que buscan cotizar, con especial atención a sus salvaguardias contra el uso de trabajo forzado en sus productos”.
Al escribir a Rathi, quería saber qué controles existían para asegurar que las empresas divulgaran riesgos legales a los posibles inversores en sus documentos de cotización.
LSEG y Shein no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
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