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El precio del combustible para reactores nucleares ha aumentado a un nivel récord a medida que la demanda de centros de datos de inteligencia artificial exacerba la presión en el mercado tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Los precios del uranio enriquecido han alcanzado los $190 por unidad de trabajo separativo —la medida estándar del esfuerzo requerido para separar isótopos de uranio— en comparación con los $56 de hace tres años, según el proveedor de datos UxC.
Un resurgimiento del interés en la energía nuclear ha surgido a medida que gobiernos y empresas consideran fuentes de energía libres de carbono lo suficientemente grandes como para abastecer a instalaciones industriales y comunidades importantes.
Las grandes empresas tecnológicas como Microsoft y Amazon se han interesado en utilizar el combustible para alimentar los centros de datos de alta potencia que están construyendo rápidamente mientras compiten por la cuota de mercado en la IA generativa.
La creciente competencia por la energía ha aumentado las preocupaciones de la industria luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia hace casi tres años. Rusia es un actor importante en el proceso de convertir el uranio extraído en el combustible enriquecido necesario para un reactor nuclear, pero las sanciones de Estados Unidos y una prohibición de exportación de Rusia han ayudado a impulsar los precios a niveles récord.
“Simplemente no tenemos suficiente conversión y enriquecimiento en occidente y por eso el precio ha tenido este tipo de movimiento, y ese precio solo subirá”, dijo Nick Lawson, director ejecutivo del grupo de inversiones Ocean Wall.
Los ejecutivos y analistas dicen que el problema probablemente se verá exacerbado por la expiración de una exención de Estados Unidos para importadores a fines de 2027. Esa presión ha obligado a la industria a encontrar nuevas instalaciones que puedan convertir el uranio en los pellets que van en los reactores nucleares. Fuera de Rusia, los principales países occidentales que tienen instalaciones operativas de conversión de uranio son Francia, Estados Unidos y Canadá.
“Hay muchas decisiones políticas muy importantes por tomar” sobre las inversiones en la cadena de suministro nuclear y de uranio, dijo Lawson, agregando que la construcción de nuevas instalaciones llevaría “años” y costaría sumas de dinero enormes.
Alrededor del 27 por ciento de las importaciones de uranio enriquecido de Estados Unidos en 2023 provinieron de Rusia, según analistas de Berenberg. Si bien es probable que las empresas de servicios públicos de Estados Unidos tengan suficiente combustible para este año, su cobertura disminuirá sustancialmente en cuatro años, agregaron los analistas.
“Las empresas de servicios públicos de Estados Unidos tendrán que iniciar discusiones contractuales este año para asegurar [uranio], especialmente con la restricción de las importaciones de uranio ruso a Estados Unidos que entrará en vigor a fines de 2027”, dijeron.
La mayoría del uranio se vende bajo contratos a largo plazo en lugar de en el mercado abierto, o de contado. Pero los precios de entrega inmediata podrían aumentar como resultado de un posible aprieto en la disponibilidad del propio uranio, según analistas de la industria. Kazatomprom, la empresa minera estatal de Kazajistán y el mayor productor de uranio del mundo, ha advertido en los últimos meses sobre una producción menor de lo esperado.
“Vemos cada vez más que el material kazajo fluirá hacia China y Rusia y menos irá hacia occidente”, lo que planteaba un “problema para las empresas de servicios públicos occidentales”, dijo Andre Liebenberg, director ejecutivo del vehículo de inversión en uranio cotizado en Londres Yellow Cake. “Podríamos ver fácilmente una escasez de suministro a medio plazo solo por la falta de nuevos proyectos que puedan ponerse en marcha rápidamente.”