It is a disturbing trend to see loyalty to a political figure take precedence over loyalty to the country and its Constitution. The actions being taken by the incoming Trump administration are concerning and could have serious implications for national security and the functioning of our government.
Using budget reconciliation to push through an entire agenda is a bold move, but one that could have significant consequences. It is important to remember that such measures are meant to focus on budget-related issues, and including non-budgetary items could face challenges.
The idea of leveraging disaster aid for political gain is appalling. Using aid for the California wildfires as a bargaining chip to raise the debt ceiling is a dangerous game that puts lives at risk. Disaster aid should be provided based on need, not political considerations.
It is crucial that our government officials prioritize the well-being of the country and its citizens over political loyalty. We must hold our leaders accountable and ensure that they act in the best interests of the nation as a whole.
Los gobernadores necesitan cambiar su discurso ahora. El senador Ron Johnson (R-WI) culpó a los demócratas por los incendios y dijo sobre la ayuda federal para desastres: “Ciertamente no votaría por nada a menos que veamos un cambio dramático en cómo van a manejar estas cosas en el futuro.”
Aparte de la moralidad de exigir concesiones para la ayuda en caso de desastres después de que el presidente Joe Biden respondiera con pleno y incondicional apoyo a las regiones afectadas por el huracán Helene (aunque el gobernador de Tennessee, Bill Lee, todavía miente diciendo que Biden retrasó la ayuda a su estado, cuando de hecho se retrasó en pedirla, como exige la ley), hay un problema financiero con este argumento. Como señaló el economista Paul Krugman hoy en su Krugman Wonks Out, California “literalmente está subsidiando al resto de los Estados Unidos, especialmente a los estados rojos, a través del presupuesto federal.”
En 2022, el año más reciente del que hay información disponible, California pagó $83 mil millones más al gobierno federal de lo que recibió. Washington también subsidió al resto del país, al igual que la mayor parte del noreste. Ese dinero fluyó hacia estados dominados por los republicanos, que contribuyeron mucho menos al gobierno federal de lo que recibieron a cambio.
Krugman señaló que “si Virginia Occidental fuera un país, estaría recibiendo ayuda extranjera equivalente a más del 20 por ciento de su Producto Interno Bruto.” Krugman se refiere al gobierno federal como “una compañía de seguros con un ejército,” y señala que “nada que la ciudad o el estado pudieran haber hecho habría evitado” los incendios forestales. “Si los Estados Unidos de América no cuidan de sus propios ciudadanos, donde sea que vivan y cualquiera sea su política, deberíamos eliminar el ‘Unidos’ de nuestro nombre,” escribe. “Como sucede, sin embargo, California, un importante motor de la prosperidad y el poder de EE. UU., definitivamente se ha ganado el derecho a recibir ayuda durante una crisis.”
Hoy, Biden anunció el perdón de préstamos estudiantiles para otros 150,000 prestatarios, lo que eleva el número total de personas liberadas de la deuda estudiantil a más de 5 millones de prestatarios, que han recibido $183.6 mil millones en ayuda. Esto se ha logrado asegurándose de que se siguieran los programas existentes de alivio de deuda, ya que no se había hecho en el pasado.
Los republicanos del establecimiento siguen luchando contra los republicanos de MAGA, y MAGA lucha entre sí: el ex aliado de Trump, Steve Bannon, llamó ayer “verdaderamente malvado” al compañero de Trump, Elon Musk, y prometió “derribar a este tipo.” Pero incluso mientras sus facilitadores en los medios tradicionales están normalizando el comportamiento republicano, un medio de comunicación basado en la realidad está intensificando sus esfuerzos para contrarrestar la desinformación.