China ha estado lidiando con una ola de violencia pública últimamente, con muchos atacantes que se cree que han sido incitados por un deseo de “vengarse de la sociedad” – donde los perpetradores atacan a extraños por sus quejas personales. El número de estos ataques en toda China llegó a 19 en 2024. En los días siguientes a los ataques de Zhuhai y Wuxi, un hombre condujo hacia una multitud de niños y padres fuera de una escuela primaria en la ciudad de Changde, hiriendo a 30 de ellos. Las autoridades dijeron que el hombre, Huang Wen, quería desahogar su ira después de lidiar con pérdidas de inversión y conflictos familiares. Huang recibió una sentencia de muerte suspendida el mes pasado – podría ser conmutada por cadena perpetua si no comete otro crimen en los próximos dos años. Los analistas le dijeron a la BBC que la serie de asesinatos en masa planteaba preguntas sobre cómo las personas en China han estado lidiando con diversas fuentes de estrés, como la economía lenta del país. Algunos señalan que las salidas para desahogar frustraciones también se han reducido, o incluso han sido clausuradas por completo, a lo largo de los años – lo que resulta en personas con dificultades para encontrar formas de lidiar con sus emociones. En conjunto, estos factores sugieren que la presión está aumentando en la sociedad china, creando una situación tipo olla a presión. “Las tensiones parecen estar aumentando, y no parece que vaya a aliviarse en un futuro cercano”, dice George Magnus, un economista en el Centro de China de la Universidad de Oxford.
