Billy Mwangi es uno de los cinco. El joven de 24 años fue dejado por sus presuntos secuestradores a 75 km (46 millas) de su ciudad natal en Embu, en el centro de Kenia, en un aparente acto de intimidación. El padre de Billy, Gerald Mwangi Karicha, le dijo a la BBC que su hijo estaba traumatizado. “El chico no ha compartido mucho”, dijo. “Todo lo que puedo decir es que cuando llegó, no era su yo habitual. Parecía estar en shock.” Billy, un estudiante universitario que había sido crítico vocal del gobierno en las redes sociales, desapareció el 21 de diciembre de 2024 mientras estaba en una barbería en Embu. Según testigos, hombres encapuchados llegaron en un Toyota Fielder y una camioneta de doble cabina, lo metieron a la fuerza en uno de los vehículos y se marcharon a toda velocidad. En cuestión de horas, los peores temores de su familia comenzaron a hacerse realidad. “La mayoría de los fines de semana, estamos juntos viendo fútbol. Su club es Chelsea; el mío es Arsenal”, dijo Gerald. Llamó a Billy para discutir un partido de fútbol la noche de su desaparición, solo para descubrir que el teléfono de su hijo estaba apagado. El dueño de la barbería luego le informó sobre el secuestro, desencadenando una búsqueda frenética. La madre de Billy se desmayó cuando escuchó la noticia y las semanas que siguieron fueron angustiosas para la familia. Tan pronto como lo encontraron, Billy fue llevado al hospital para un chequeo de rutina. Su familia dice que todavía se está recuperando del trauma, pero su liberación les ha traído cierto alivio. Al igual que muchos que han reaparecido después de supuestos secuestros, Billy ha dicho poco sobre su calvario, quizás por miedo.