El fuego y el viento seguramente darán forma al futuro de Los Ángeles a medida que el mundo se calienta. Los Ángeles había comenzado a tomar medidas para prepararse. Pero hay lecciones que puede aprender de otras ciudades que se adaptan a un clima de incendios extremos: cuidar los patios; cuidar de los vecinos; facilitar la salida del peligro. Uno de los grandes desafíos, entre muchos, es que planes como estos deben ser ampliamente adoptados. Una casa solo es segura como la casa de al lado. “Si tu vecino no hace nada, y tú sí, si esa casa se quema creará tanto calor radiante que la tuya también se quemará”, dijo Kimiko Barrett de Headwaters Economics en Bozeman, Montana, una empresa que asesora a las ciudades sobre la reducción del riesgo de daños por incendios forestales. Los vecinos importan. Los códigos de construcción y las normas de zonificación importan. Pero quizás, sobre todo, el dinero importa. Construir para una era de incendios puede ser costoso y a menudo está fuera del alcance de muchos propietarios que viven en comunidades propensas a incendios.
