Los miembros de la Alianza se comprometieron a gastar al menos el 2% del PIB en defensa después de que las fuerzas rusas se apoderaran de la península sureña de Crimea de Ucrania y los grupos respaldados por Moscú tomaran el control de grandes áreas del este de Ucrania en 2014. Como primera ministra de Estonia, Kallas se comprometió a destinar más del 1% del PIB del país a Kiev para ayudar a reforzar el esfuerzo de guerra de Ucrania. “Si todos los países de la OTAN hicieran esto, Ucrania ganaría”, dijo a la BBC el año pasado. Según las estimaciones de la OTAN para 2024, el gasto en defensa de Estonia como proporción del PIB era el segundo más alto en la alianza militar. En diciembre de 2024, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, dijo que los Estados miembros tendrían que “cambiar a una mentalidad de tiempo de guerra” y gastar “considerablemente más del 2%” en defensa. Durante su primer mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presionó a los miembros de la OTAN para que aumentaran el gasto en defensa y luego pidió un compromiso para alcanzar el 4% del PIB. Poco antes de su segunda investidura en enero, Trump instó a los miembros europeos de la OTAN a gastar el 5%, diciendo a los periodistas: “Todos pueden pagarlo”. Cuando se le preguntó si veía el final de la guerra a favor de Ucrania, Kallas dijo que eso aún estaba “absolutamente” vivo en su mente. “No veo ninguna otra opción realmente. Quiero decir, si permitimos que la brutal agresión florezca, entonces veremos esto en otras partes del mundo”, agregó. Ella dijo: “Todos los agresores o posibles agresores en el mundo están tomando claramente notas de cómo reaccionamos a la agresión de Rusia”.
