Gabbard también enfrentó oposición por algunas posiciones controvertidas pasadas, incluyendo su decisión de reunirse y defender al ex presidente sirio Bashar al-Assad en 2017, así como un intento anterior de obtener un indulto para el denunciante de la Agencia de Seguridad Nacional, Edward Snowden. En un momento dado, Gabbard fue presionada por senadores tanto republicanos como demócratas sobre si clasificaría a Snowden – quien huyó a Rusia para evitar la aplicación de la ley estadounidense – como un “traidor”. Ella se negó a responder directamente, diciendo solo que “rompió la ley”. Añadió que había expuesto “programas ilegales y anticonstitucionales atroces” que llevaron a reformas, pero mantuvo que trabajaría para bloquear futuras filtraciones y divulgaciones ilegales. Varios senadores también señalaron que Gabbard había defendido la invasión de Rusia en Ucrania al comienzo de la guerra. El senador demócrata Michael Bennet acusó a Gabbard de estar de acuerdo en que un “estado totalitario” estaba “justificado en cruzar la frontera pacífica de Ucrania”. Aún así, senadores republicanos que inicialmente se mostraron escépticos con Gabbard finalmente la respaldaron. El lunes, la senadora Susan Collins de Maine dijo que Gabbard había abordado sus preocupaciones. El senador Todd Young de Indiana anunció un día después que también respaldaría a Gabbard después de asegurar su compromiso de “avanzar en nuestra seguridad nacional”. Gabbard es una ex congresista de Hawái y veterana militar que sirvió en una unidad médica en Iraq. Anteriormente fue miembro del Partido Demócrata y había defendido causas liberales como la atención médica dirigida por el gobierno mientras servía en el Congreso. En 2020, se postuló para la nominación presidencial demócrata, y luego se retiró y respaldó a Joe Biden. Gabbard dejó el Partido Demócrata en 2022, acusándolos de ser “belicistas” impulsados por una “cobardía de la conciencia despierta”. Se convirtió en independiente antes de convertirse en republicana en 2024 y respaldar la candidatura presidencial de Trump. Si es confirmada por el Senado completo, manejaría un presupuesto de más de $70 mil millones (£55 mil millones) y supervisaría 18 agencias de inteligencia.