No hubo comentarios inmediatos de la Casa Blanca, el presidente Donald Trump o Musk. Los fiscales generales demócratas demandaron a Trump, al Departamento del Tesoro y al secretario del Tesoro Scott Bessent el viernes. La orden de Engelmayer, emitida temprano el sábado, dijo que los estados enfrentarían un “daño irreparable” sin alivio inmediato. “Eso se debe tanto al riesgo que presenta la nueva política de divulgar información sensible y confidencial como al mayor riesgo de que los sistemas en cuestión sean más vulnerables que antes a los piratas informáticos”, decía la orden. La orden impide a los demandados otorgar acceso a los registros del Departamento del Tesoro que contienen información personal o confidencial a empleados especiales del gobierno, nombrados políticos y otros empleados de fuera del departamento. La orden restringe a cualquier otra persona el acceso a esos registros, excepto a los funcionarios civiles que necesiten hacerlo para su trabajo en la Oficina de Servicios Fiscales y hayan pasado controles de antecedentes. El juez ordenó además a cualquier persona entre los restringidos que destruya inmediatamente las copias de los registros. Las condiciones permanecerán vigentes hasta la próxima audiencia judicial el 14 de febrero. El titán tecnológico y multimillonario Musk ha estado muy involucrado en la agitación durante el segundo mandato de Trump, con Doge liderando importantes recortes en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que distribuye miles de millones de dólares en ayuda a nivel mundial.
