Las sesiones de estudio de Donald Trump del primer ministro de Japón Ishiba dan resultado en las conversaciones.

Tokio también está observando nerviosamente la guerra comercial de Trump con China.

Pero Hall dijo que Japón no se vería arrastrado a la guerra comercial entre EE.UU. y China si podía evitarlo.

Cuando se trata de China, Japón necesita encontrar un equilibrio fino.

Pekín es el mayor socio comercial de Tokio. China es uno de los destinos de inversión más grandes para las empresas japonesas.

En el frente de defensa y diplomático, tanto EE.UU. como Japón se ven desafiados por la creciente influencia y la assertividad de China en la región y a nivel global.

No menos con los movimientos frecuentes y provocativos de la milicia china en las aguas cercanas a Taiwán, que Pekín ve como una provincia renegada.

En 2022, Japón, una nación pacifista, anunció que duplicaría su gasto militar para 2027, citando las amenazas planteadas por China y Corea del Norte, y diciendo que adquiriría la capacidad de atacar bases enemigas.

Los cambios marcaron la revisión más dramática de la estrategia de seguridad de Japón desde que adoptó una constitución pacifista después de la Segunda Guerra Mundial.

Con Corea del Norte continuando su programa nuclear, Corea del Sur en crisis política y la rivalidad en curso entre EE.UU. y China, Japón se presenta una vez más como el amigo menos desafiante y único sin problemas de América en la región.

“Japón evitará cualquier confrontación con Trump cuando sea posible. Es probable que se convierta en un amigo ‘sí’,” dijo Hall.

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