Rusia cree que la presión occidental está obstaculizando los esfuerzos de Moscú por acercar a las antiguas naciones soviéticas a su órbita y construir lazos económicos con el sur global, según un informe gubernamental filtrado.
La presentación interna, mostrada en una sesión estratégica liderada por el Primer Ministro Mikhail Mishustin en abril pasado, ofrece una rara visión de cómo la guerra de Rusia en Ucrania ha dañado las relaciones con algunos de sus aliados más cercanos.
El análisis reconoce notablemente que la presión de las sanciones occidentales, así como los gestos económicos, han tenido éxito en distanciar a Moscú de algunos de sus socios comerciales más cercanos.
El gabinete de Rusia presentó el informe a varias docenas de altos funcionarios gubernamentales y ejecutivos de algunas de las mayores empresas estatales de Rusia, según su sitio web. Expertos radicales como Sergei Karaganov, quien ha instado al Presidente Vladimir Putin a usar armas nucleares contra Europa, y Alexander Dugin, defensor de la violencia radical contra los ucranianos, también asistieron.
La ambición de Moscú, según el informe, es restablecer su acceso al comercio global colocando a Rusia en el centro de un bloque comercial eurasiático que pretende rivalizar con las esferas de influencia económica de EE. UU., la UE y China.
Rusia ve la creación de la “macroregión” como un proyecto importante a largo plazo, que sobrevivirá a cualquier negociación con occidente sobre el futuro de Ucrania, para ayudar a fortalecer su posición en la “arena global”, dice el informe.
El nuevo bloque conectaría a Rusia con el sur global al brindar a cada lado acceso a materias primas, desarrollar lazos financieros y de transporte, y unirlos a través de una “visión del mundo común… donde escribimos las reglas para el nuevo mundo [y tenemos] nuestra propia política de sanciones”, afirma el informe.
Pero admite que los obstáculos para el resurgimiento global de Rusia siguen siendo considerables. El informe dice que los países occidentales han amenazado con éxito a los países de Asia Central para que cumplan con las sanciones a través de un enfoque de “zanahoria y palo”, al tiempo que les ofrecen acceso a mercados globales, corredores de transporte y cadenas de suministro que evitan a Moscú.
Los aliados de Rusia, por su parte, han sacado provecho de las sanciones al expulsar a las empresas rusas de su jurisdicción, tomar el control de los flujos de importación y exportación, y reubicar la producción fuera de Rusia, según el informe. Añade que los países de Asia Central también han buscado comisiones adicionales para compensar los riesgos de violar las sanciones.
El informe admite que Rusia tendrá que “jugar a largo plazo” para mantener a los países de Asia Central en su órbita. Sugiere que Moscú apela a su historia compartida y respeta su independencia, al tiempo que entiende que una victoria rusa en la guerra contra Ucrania no será suficiente para poner fin a la presión de las sanciones occidentales. “Las estrechas relaciones con un país [como Rusia] serán una fuente de dificultades”, dice el informe.
Los países de Asia Central, agrega, están aprovechando la “vulnerabilidad” de Rusia y buscan “integrarse sin Rusia” en grupos como la Organización de Estados Turcos. Las naciones han “cambiado su visión del mundo” al “reconsiderar nuestra historia colectiva”, promover el inglés como segundo idioma en lugar del ruso y adoptar estándares educativos occidentales, además de enviar a sus élites a ser educadas en occidente.
Los países tendrán que “tomar una decisión sobre su postura hacia Rusia”, concluye el informe, sin dar más detalles.
Kazajistán, la economía más grande de la región, ha condenado la invasión, se ha negado a reconocer las ganancias territoriales de Rusia y ha hecho un esfuerzo por demostrar su cumplimiento con las sanciones occidentales. Por su parte, Kirguistán ha optado firmemente por Rusia y ha surgido como una ruta importante para la supuesta evasión de sanciones.
El informe destaca a Bielorrusia como el ejemplo más exitoso de Rusia, comparando la llamada del presidente autoritario Alexander Lukashenko a diversificar económicamente lejos de Rusia en 2018 con su declaración seis años después de que “siempre estaremos unidos con Rusia”.
Pero el desarrollo de la Unión Económica Euroasiática liderada por Moscú, que incluye a Bielorrusia, Armenia, Kazajistán y Kirguistán, también está luchando con “problemas sistémicos”, según el informe. Estos incluyen riesgos de sanciones, el uso de diferentes sistemas de pago después de que los países occidentales expulsaron a Rusia del sistema de mensajería Swift, y los controles de divisas que Moscú introdujo para ayudar a sobrellevar el impacto de las sanciones.
Se contactó a un portavoz de Mishustin para que comentara, pero no respondió.