Proporcioné cuidado infantil de calidad y educación temprana a niños desde el nacimiento hasta los 13 años durante más de 29 años. A lo largo de mi tiempo como educadora temprana, la realidad de que literalmente nunca podía permitirme enfermarme me ha perseguido.
Como proveedora con licencia en casa, nunca tuve el lujo de tener un seguro de salud asequible. A lo largo de los años, cada vez que sentía un resfriado que duraba demasiados días o un dolor que se volvía problemático y persistente, siempre estaba presente el temor de programar una cita con el médico.
Mi cuerpo necesitaba la atención de un médico en numerosas ocasiones. Mientras esperaba en la sala de espera para ver a un médico o me llevaban en una camilla a la sala de emergencias, mi mente no podía concentrarse en mi salud. En cambio, todo en lo que podía pensar era en cuánto iba a costar esto y por favor, Señor, no dejes que el médico diga que tengo que ser ingresada en el hospital. El terror absoluto del creciente costo de los servicios de salud era abrumador.
Avanzando rápidamente y después de mi recuperación de cualquier visita al médico o estancia en el hospital, la angustia no disminuía. Como un reloj, comenzaban a llegar las facturas del hospital semanalmente. Cada vez que veía el remitente de Kaiser en cada sobre, mi estómago se retorcía y mi estado de ánimo se agriaba rápidamente. Con el tiempo, me volví insensible a la llegada de cada nueva factura y a los recordatorios para pagar las antiguas facturas.
Es doloroso trabajar en un campo donde mis servicios hicieron tanto bien para la economía y las familias, sin embargo, mi familia y mi salud sufrieron. El cuidado infantil es esencial. Los trabajadores del cuidado infantil han sido y siempre serán trabajadores esenciales. Los proveedores de cuidado infantil familiar son contratistas independientes y, para la mayoría de nosotros, el acceso a un plan de salud asequible es limitado o inexistente.
Aunque Obamacare abrió las puertas para que los proveedores accedieran a la atención médica, especialmente aquellos con condiciones preexistentes, como yo, el costo sigue siendo demasiado alto.
A través de Covered California (la versión estatal de Obamacare), pude recibir servicios de salud bajo el Plan Bronze con un copago más alto. Me sentí aliviada de finalmente tener un seguro de salud, pero los copagos no eran necesariamente asequibles. Cuando se trata de atención médica y acceso a servicios de calidad y asequibles, las cartas están en contra de los educadores tempranos. Sigo firme en mi creencia de que muchos proveedores han fallecido prematuramente debido a la falta de atención médica y por ignorar problemas de salud continuos por miedo a perder sus negocios y sus medios de vida. Nadie puede decirme que trabajar 60-70 horas a la semana durante 15-30 años no contribuye a una muerte prematura. La investigación ha demostrado que las mujeres enfrentan barreras únicas para acceder a la atención médica. Las desigualdades, sumadas a los roles y expectativas de género, presentan cargas únicas para las mujeres, y si bien los costos de la atención son importantes, la consideración de las cargas adicionales que enfrentan las mujeres es fundamental para encontrar soluciones equitativas.
Hay algunas buenas noticias, sin embargo. Child Care Providers United (CCPU), un sindicato para educadores tempranos, ha negociado un fondo de reembolso de atención médica para los miembros proveedores. Para calificar para el beneficio de reembolso, los proveedores deben tener al menos un niño elegible para cuidado infantil subvencionado inscrito en su programa. Este fondo reembolsa a los proveedores con licencia que ya están inscritos en un plan de salud. No reemplaza su seguro de salud, ni ofrece un plan de salud como beneficio. Los proveedores de cuidado infantil con licencia deben estar inscritos en un plan de seguro de salud calificado para calificar para este plan de reembolso, que ayuda con gastos de bolsillo como copagos de servicios, copagos de recetas y algunas primas mensuales. Esto se considera un buen comienzo, pero no es suficiente. El fondo de reembolso no está disponible para todos los educadores tempranos y solo cubre al proveedor, no a sus familiares.
Ya sabemos que el cuidado infantil está en crisis, a nivel estatal y nacional. Necesitamos educadores tempranos y profesionales del cuidado infantil saludables en el trabajo. Los trabajadores del cuidado infantil pusieron sus vidas en riesgo durante la pandemia. Ante cualquier emergencia, estas mujeres siempre llenan el vacío y se presentan cuando las cosas pueden parecer sombrías. Lo menos que podemos hacer es crear un camino para que estos profesionales estén sanos.
La atención médica es complicada y costosa. Lo entendemos. El cuidado infantil es caro. Lo entendemos.
Los legisladores estatales y federales deben reconocer la necesidad de asegurar que cada profesional tenga garantizada una opción asequible para mantenerse saludable para que nuestros niños tengan a sus cuidadores y educadores cuando más los necesiten.
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Tonia McMillian es una proveedora de cuidado infantil familiar jubilada recientemente en el sur de California.
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