Puntos clave:
En palabras de Carol Dweck, “Convertirse es mejor que ser.” Como profesores novatos de matemáticas e inglés de sexto grado, hemos aprendido a abordar nuestras evaluaciones de mitad de año no como juicios finales, sino como herramientas para la reflexión y el crecimiento. Muchos de nuestros estudiantes comenzaron el año escolar por debajo del nivel de grado, y aunque lograr el dominio a nivel de grado es un desafío, una mentalidad de crecimiento nos permite ver su potencial, celebrar el progreso y planificar para futuros éxitos entre nuestros estudiantes. Esta perspectiva transforma el análisis de datos en un proceso empoderador; los datos son una herramienta para la mejora entre nuestros estudiantes en lugar de una medida de fracaso.
Una mentalidad de crecimiento es la creencia de que las habilidades crecen a través del esfuerzo y la persistencia. Esta mentalidad moldea cómo vemos los datos. En lugar de centrarnos en lo que los estudiantes no pueden hacer, enfatizamos lo que pueden lograr. Para nosotros, esto significa convertir las brechas en oportunidades de crecimiento y modelar el optimismo y la resiliencia para nuestros estudiantes. Al revisar los datos, no nos detenemos en las debilidades. Establecemos metas pequeñas y alcanzables para ayudar a los estudiantes a avanzar y construir confianza y momentum.
Celebrar el progreso es vital. Incluso pequeñas victorias (por ejemplo, pasar de un nivel de grado de jardín de infantes a un nivel de 1º o 2º grado, un crecimiento significativo en un dominio, etc.) son motivos de reconocimiento. Destacar estos éxitos motiva a los estudiantes y les muestra que el esfuerzo conduce a resultados.
Involucrar a los estudiantes en el proceso también es ventajoso. En conferencias dirigidas por los estudiantes, nuestros estudiantes presentaron sus datos a través de presentaciones que crearon después de revisar su crecimiento, identificar sus fortalezas y generar próximos pasos con sus profesores. Esto les permitió sentir y tener una tremenda propiedad sobre su aprendizaje. Además, la colaboración interdisciplinaria en nuestras comunidades de aprendizaje profesional (PLC) semanales ha fortalecido este proceso. Para apoyar a nuestros estudiantes que tienen dificultades en inglés y matemáticas, trabajamos juntos para abordar desafíos superpuestos (por ejemplo, enseñar vocabulario matemático, dividir problemas de palabras, etc.) para garantizar que los estudiantes desarrollen habilidades de manera conectada y significativa.
También abordamos el lado socioemocional del aprendizaje. Muchos estudiantes llegan a nosotros con mentalidades fijas al creer que simplemente son “malos en matemáticas” o “malos lectores”. Contrarrestamos esto celebrando el esfuerzo, normalizando la lucha y creando un ambiente seguro y de apoyo donde los errores son parte del aprendizaje. El progreso a menudo es lento, pero es real. Los estudiantes pueden no alcanzar los estándares de nivel de grado en un año, pero los avances en confianza, habilidades y mentalidad sientan las bases para el éxito futuro, como lo demuestran los resultados de mitad de año de nuestros estudiantes. Enfatizamos el concepto de tener una “mentalidad de crecimiento”, porque en palabras de Denzel Washington, “El camino hacia el éxito siempre está en construcción.” Al abrazar el crecimiento y ver el potencial en cada estudiante, la mejora, la resiliencia y la esperanza permitirán un futuro más brillante.