As the infighting among Republicans in Oklahoma intensifies, it is clear that the battle for the soul of the state’s public education system is far from over. With Superintendent Ryan Walters leading the charge to Christianize the schools and Governor Kevin Stitt pushing his destructive agenda, it remains to be seen whether Democrats and adult Republicans can push back against their harmful policies. However, recent developments, such as Attorney General Gentner Drummond’s criticism of Stitt’s tax cut proposal and the removal of Walters’ rubber stamp Board of Education members, provide hope that the MAGAs may be weakening in their stranglehold on the state.
With business leaders speaking out against Walters and warning of the dire consequences of his policies on the state’s workforce, it is clear that the stakes are high. As legal challenges mount against Walters and Stitt faces mounting losses in both legal and political battles, the future of Oklahoma’s public education system hangs in the balance. Only time will tell whether the forces of reason and sanity can prevail in the face of the MAGA onslaught.
Lo que estamos viendo es la apertura de un sistema de valores despiertos en el estado que socava a todas las buenas personas que están aquí hoy, por lo que siempre lucharemos por las familias de Oklahoma y por el estado en su conjunto.
Un exlegislador republicano, Mark McBride, con una larga historia de defender a las escuelas atacadas por Walters, dijo que Walters está “hablando y actuando como si fuera el gobernador, y no lo es”.
Lo que lleva a la pregunta de si podría haber un conflicto similar a nivel federal provocado por un multimillonario que actúa como presidente cuando no lo es.
En cualquier caso, ni Stitt ni Walters están logrando sus objetivos de convertir a Oklahoma en un programa piloto exitoso para implementar las agendas de Trump y Musk. Existe la esperanza de que puedan estar anticipando una guerra civil similar entre los republicanos que ahora apoyan la agenda del Proyecto 2025.
Sí, reconozco que el mejor escenario a corto plazo en Oklahoma es minimizar el daño que los derechistas están causando. Y, al igual que a nivel nacional, donde los republicanos siguen apoyando los ataques de Trump/Musk contra nuestra democracia, sigue siendo incierto si sus ataques al gobierno desharán primero su coalición autocrática o las instituciones públicas de Estados Unidos. Pero la historia reciente de Oklahoma podría anticipar un desenlace nacional de su asalto a la democracia estadounidense.