La aparición de la inteligencia artificial como una herramienta en la educación presenta tanto oportunidades como desafíos para los futuros maestros. La IA generativa tiene el potencial de transformar las prácticas de enseñanza, mejorar la eficiencia e incluso promover la equidad, pero si se utiliza sin cuidado, también puede reforzar prejuicios dañinos.
En mi experiencia trabajando con educadores en escuelas K-12, colegios comunitarios y universidades, he visto que el progreso significativo requiere ir más allá de soluciones superficiales. Al preparar a los educadores para abordar la IA con un enfoque crítico y un profundo entendimiento de las prácticas de enseñanza inclusivas, los programas de preparación de maestros pueden garantizar que la tecnología se utilice para empoderar, no excluir.
Competencia cultural y IA
Para convertirse en agentes efectivos de cambio, la próxima generación de maestros deberá apropiarse de tres áreas clave: competencia cultural, aprendizaje socioemocional y prácticas innovadoras (incluida la IA).
La competencia cultural, la capacidad de reconocer, respetar y abordar los diversos antecedentes de los estudiantes, es esencial para la participación y el éxito estudiantil. Sin embargo, este concepto a menudo recibe atención insuficiente en los estándares de formación de maestros, que priorizan las evaluaciones estatales sobre habilidades relacionadas con la sensibilidad cultural.
En la práctica, la competencia cultural comienza con la creación de ambientes donde los estudiantes se sientan seguros para compartir sus experiencias y sepan que estas perspectivas son valoradas. Esto implica incorporar las experiencias de los estudiantes en el plan de estudios como componentes fundamentales del aprendizaje, en lugar de tratarlas como temas complementarios o extracurriculares. El aprendizaje socioemocional complementa esto al equipar a los maestros con las herramientas para construir confianza, fomentar la colaboración y apoyar el bienestar emocional en sus aulas.
La IA generativa probablemente dirigirá la conversación sobre prácticas innovadoras en el futuro previsible. Si bien muchas de las discusiones actuales sobre la IA en la educación tienden a centrarse en preocupaciones logísticas a nivel macro como el plagio, su impacto potencial en la equidad y la inclusión demanda igual atención. Académicos como Safiya Noble, autora de Algoritmos de opresión, han demostrado cómo los prejuicios incrustados en los algoritmos de los motores de búsqueda han perpetuado estereotipos negativos sobre personas de color. Las plataformas de IA generativa actuales a menudo presentan riesgos similares, por lo que es esencial que los educadores evalúen críticamente estas tecnologías y las utilicen de manera responsable.
Ventajas de la IA en el aula
La IA generativa ofrece a los educadores una variedad de oportunidades para mejorar sus prácticas de enseñanza, desde mejorar el diseño de lecciones hasta fomentar la creatividad en el aula. Al automatizar tareas repetitivas, la IA puede reducir las cargas de trabajo de los maestros y darles más tiempo para concentrarse en un trabajo significativo centrado en el estudiante.
Cuando se utiliza de manera reflexiva, esta tecnología también puede crear oportunidades para reforzar la competencia cultural y la inclusión. Por ejemplo, la IA puede ayudar a los educadores a desarrollar planes de lecciones y materiales que reflejen diversas experiencias culturales, ayudando a que los estudiantes se sientan vistos y valorados. También puede ayudar a los maestros a mejorar la accesibilidad del plan de estudios mediante la generación de marcos de oraciones, herramientas de andamiaje o recursos multilingües para estudiantes que necesitan apoyo adicional en áreas como la escritura o el aprendizaje de idiomas.
La IA también puede ayudar a los maestros a autoevaluar sus prácticas e identificar áreas de mejora de manera no crítica. Al proporcionar ideas y sugerencias constructivas, estas plataformas permiten a los educadores refinar sus enfoques y atender mejor las necesidades de los estudiantes.
A pesar de estos beneficios, la IA no debe ser vista como un socio igual en la enseñanza, sino como una herramienta que capacita a los educadores para implementar un plan de estudios atractivo y centrado en el estudiante. A medida que continuamos explorando el potencial de la IA, será crucial integrar esta tecnología de manera intencional, asegurando que sirva como un complemento a las prácticas de enseñanza impulsadas por humanos.
Iniciativas comunitarias
Un número de iniciativas colaborativas están explorando usos prácticos de la IA en el espacio educativo. En la Universidad de Notre Dame de Namur, estamos creando un centro de IA que conecta programas de formación de maestros con distritos escolares locales, colegios comunitarios y organizaciones profesionales. El centro proporciona un espacio para que los interesados discutan las mejores prácticas y compartan ideas sobre cómo podemos utilizar la IA para beneficiar a la sociedad y preparar a nuestra juventud para futuras carreras.
Como parte de nuestro compromiso con la integración responsable de la IA, NDNU ha firmado la Promesa de Transformación Digital de ISTE. Esta promesa describe estrategias para garantizar que los educadores estén preparados para proporcionar oportunidades de aprendizaje equitativas mientras abrazan nuevas tecnologías. También hemos incorporado a Cate Tolnai, una experta reconocida en IA y educación K-12, para actuar como nuestra líder docente en la integración de la IA en la formación de maestros.
Otros grupos en California también están avanzando en esta área. Por ejemplo, el Distrito Escolar de Preparatorias de San Mateo ha lanzado un programa de becas de IA diseñado para ayudar a los maestros a utilizar la IA para crear entornos de aprendizaje más inclusivos (consulte el trabajo de la maestra Stacy Kratochvil). Mientras tanto, una serie de seminarios web interactivos llamada The PLAIground, ofrece a los educadores un espacio de apoyo y práctico para explorar juntos herramientas de IA. Estas sesiones enfatizan la enseñanza centrada en el humano y proporcionan orientación práctica sobre cómo utilizar la IA de manera creativa y ética en el aula.
A través de este tipo de colaboración orientada a un propósito, podemos proporcionar valiosas oportunidades de desarrollo profesional para los educadores mientras construimos un modelo progresista para programas de formación de maestros culturalmente competentes y mejorados tecnológicamente.
Una visión para el futuro
Al priorizar la competencia cultural y la alfabetización en IA en los programas de formación de maestros, podemos transformar fundamentalmente la forma en que preparamos a los educadores para el futuro. La clave será asegurar que estas dos áreas sean reconocidas como prioridades interconectadas en lugar de metas separadas.
Cuando la equidad está en el centro de cómo introducimos nuevas tecnologías en las aulas, podemos construir un sistema educativo en el que cada estudiante se sienta valorado. Los pasos que tomemos hoy tendrán un impacto duradero en los estudiantes y maestros en las generaciones venideras.