El partido Alternativa para Alemania, o AfD, con su plataforma antiinmigrante y nacionalista, ha sido durante mucho tiempo el paria de la política alemana. Sus miembros han sido multados por consignas nazis y etiquetados como extremistas por el gobierno.
Antes de las elecciones parlamentarias nacionales del domingo, un nuevo grupo de influencers ha encontrado una voz entre los votantes al aportar un enfoque más juvenil al partido conocido por sus provocaciones y controversias. Aceptan el desprecio de los manifestantes, periodistas y los partidos políticos tradicionales. Algunos todavía intercambian chistes sobre Hitler y judíos, junto con el saludo ocasional de Sig Heil.
La energía y el ethos de su partido han recibido el visto bueno de Elon Musk, asesor del presidente Trump, y del vicepresidente JD Vance. Y han ayudado a elevar al partido al segundo lugar en las encuestas, incluso cuando el establishment político ha mantenido al AfD fuera del gobierno como parte de un compromiso de larga data para marginar a los partidos considerados extremistas.
Son el rostro cambiante del AfD.
Cuando Marie-Thérèse Kaiser, de 28 años, asistió por primera vez a un evento del AfD en 2017, estaba rodeada de jubilados. “Podrían haber sido mis abuelos”, dijo. Las cosas han cambiado. Jóvenes que podrían haber sido punks o hippies en otro momento ahora están encontrando el AfD, dijo ella, y publicando al respecto.
La Sra. Kaiser es candidata parlamentaria y asistente personal en la oficina de Alice Weidel, la líder del AfD. Hizo campaña por el partido en una fría mañana de sábado en Sittensen, un pequeño pueblo a las afueras de Hamburgo. Eligio el lugar porque la habían desinvitado de un panel de discusión allí debido a una polémica pendiente sobre una publicación en redes sociales que violaba una ley contra el discurso de odio.
En 2021, la Sra. Kaiser criticó en Facebook la aceptación de inmigrantes de Afganistán por parte de Alemania. En la publicación, le preguntó al alcalde de Hamburgo si estaba creando una “cultura de bienvenida para violaciones en grupo”. El gobierno la multó con 6,000 euros ($6,275) y la declaró culpable de incitar al odio racial. Su seguidores en línea crecieron.
Otros jóvenes activistas han abrazado la confrontación para ganar votos y seguidores.
Un sábado reciente, Michelle Gollan, de 23 años, se paró frente a la Puerta de Brandeburgo en Berlín con una mirada seria en su rostro. Sostenía un micrófono adornado con el nombre de su canal de YouTube, “eingollan”, que tiene casi 200,000 suscriptores.
Su cartel decía “remigración”, considerado código del AfD para deportaciones. El punto sobre la “i” había sido reemplazado por una flecha rosada del AfD.
Intentaba atraer a los manifestantes para hablar con ella, para alimentar un nuevo video y, dijo, presentar a sus seguidores a nuevas ideas. Lo logró con una mujer con una pegatina anti-AfD en su chaqueta y una bandera arcoíris envuelta alrededor de sus hombros, que debatió brevemente con ella.
La tensa discusión dejó una gran sonrisa en el rostro de la Sra. Gollan: “Para mí, ser provocativo también significa provocar a la gente”.
Cada vez que el AfD se manifiesta en las calles, como lo hizo en Munich este mes después de que una madre y un niño fueran asesinados por un inmigrante en un ataque con automóvil, aparecen manifestantes. Y cuando los manifestantes marchan contra el partido, como ya lo han hecho cientos de miles en Berlín durante esta campaña, los jóvenes activistas del AfD también aparecen.
En tales manifestaciones, a Christopher Tamm, de 24 años, le gusta llevar una sudadera con el logotipo de la juventud del AfD, que está clasificada como extremista por la inteligencia alemana. “Digo abiertamente que soy de derecha, que apoyo la política de derecha”, dijo el Sr. Tamm.
A la mañana siguiente, cerca de Hamburgo, un partidario del AfD saludó alegremente a los voluntarios que estaban haciendo campaña para las elecciones. Dejó la mano levantada en un saludo nazi, que es ilegal en Alemania. “Mantén tu brazo levantado así un poco más”, dijo.
Ser provocativo y promover el miedo y el odio funciona bien en las redes sociales, pero ese tono no debería ser adoptado por un partido mainstream, dijo Emilia Fester, de 26 años, miembro del Parlamento del partido Verde. La Sra. Fester no duda en hablar en contra del AfD. Siempre que difunde mentiras o desinformación en redes sociales, dijo, “Eso es algo que se debe llamar claramente y limitar”.
Los jóvenes activistas del AfD son una extensión de un partido que ha encontrado apoyo en muchos rincones de Alemania desde su fundación en 2013. Es un partido que ya no está definido por un solo grupo demográfico, sino que está más ampliamente integrado en una sociedad donde muchos todavía ven al AfD como extremistas de extrema derecha. Al hacerlo, han creado su propia contracultura.
Wutbürger, una banda de rock alemana cuyo nombre se traduce como “ciudadano enfurecido”, comenzó haciendo música patriótica antiestablishment. Desde entonces, ha abrazado una identidad y base de fanáticos de extrema derecha, forjando estrechos lazos con algunos políticos del AfD. También ha sido clasificado como un “grupo extremista de derecha” por un gobierno estatal en Alemania.
La canción de la banda “Walhalla”, que incluye la letra “enviamos a nuestros enemigos de vuelta al Oriente”, se ha vuelto viral.
“Hemos logrado nuestra propia contracultura. Nuestra propia música, nuestra propia cultura del rap, nuestra propia cultura del rock”, dijo Andy Habermann, líder de la banda. “Ya no escuchamos al mainstream, ya no los vemos en la televisión, ya no los escuchamos en la radio. Sabemos que están filtrados, lamentablemente. Ya no confiamos”.