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La misión es clara: recuperar las baldosas prístinas de un campo de cenizas y escombros.
Con un martillo y un cincel, Cliff Douglas golpea los bordes de una baldosa decorativa grabada con la imagen de un pavo real hasta que se suelta en sus manos.
“¡Lo tenemos!” dijo Cliff, un albañil que corre para salvar estas baldosas históricas que una vez definieron la arquitectura de las casas de Altadena, muchas de las cuales fueron destruidas en el incendio forestal de enero. En medio de las ruinas, las chimeneas de ladrillo cubiertas con baldosas iridiscentes de Batchelder son los únicos marcadores donde antes se encontraban las casas.
Estas baldosas son reliquias del movimiento de Artes y Oficios estadounidense, popular a principios del siglo XX, cuando el artista Ernest Batchelder fabricaba a mano las baldosas en su horno de patio trasero. Las baldosas en la casa de la familia Christensen en Altadena Drive sobrevivieron un siglo y un incendio forestal cuando el resto de la casa no lo hizo. Para Cliff, conocido en círculos internos como historiador de baldosas, las baldosas de los Christensen son particularmente especiales debido al esmalte único.
Decididos a salvar lo que queda, Cliff y un equipo de voluntarios trabajan para quitar, restaurar y devolver estas baldosas a sus propietarios antes de que lleguen las excavadoras para despejar los escombros de la zona quemada de Altadena.
Cliff Douglas sosteniendo una pieza rescatada. Fotografía: Lynda Lin Grigsby
“Esto es de lo que se trata la misión”, dijo Cliff, acunando una baldosa. “Se trata de sacar esta obra de arte de la chimenea y devolverla a donde los propietarios puedan disfrutarla de nuevo.”
Días antes de que el fuego arrasara con el cañón de Eaton y se llevara su casa, Susan Christensen estaba sentada en la sala de estar de su casa de estilo Revival Inglés viendo el Desfile de las Rosas, una tradición del Día de Año Nuevo, en la televisión sobre su chimenea revestida de baldosas Batchelder. Ahora estas mismas baldosas están esparcidas en su jardín delantero mientras Cliff golpea y cincela a través de las ruinas de su casa.
Susan quiere recuperar su chimenea.
Algún día en la nueva Altadena, las baldosas pueden ser el único hilo conductor con el pasado.
“Esto es la fusión de su pasión y devolver”
El objetivo es ambicioso: rescatar y restaurar baldosas de tantas casas como sea posible, dijo Darcy Douglas, hija de Cliff y miembro de la empresa familiar de albañilería con sede en South Pasadena.
Lo que comenzó como un esfuerzo de rescate de baldosas de fin de semana ahora impregna la vida de la familia Douglas, incluido su patio trasero, donde muchas baldosas Batchelder rescatadas esperan ser restauradas. En su tiempo libre, Cliff une baldosas rotas como si fueran rompecabezas y las retoca con los trazos de pincel más pequeños.
“Esto es la fusión de su pasión y devolver”, dijo Janet Douglas sobre su esposo.
En enero, Cliff lloró al ver imágenes del fuego devorando las casas de Altadena con chimeneas revestidas de baldosas Batchelder que una vez restauró. Quería ofrecer servicios gratuitos para ayudar a los propietarios a salvar las baldosas. Le pidió a Darcy que difundiera la noticia.
Un ejemplo de baldosa Batchelder. Fotografía: Lynda Lin Grigsby
Naturalmente, ella recurrió a las redes sociales.
En otra parte de la ciudad, los vecinos Eric Garland y Stanley Zucker también habían notado las relucientes baldosas Batchelder en los barrios nivelados. Se preguntaron: ¿quién tenía la experiencia para salvarlas?
Entonces vieron la publicación de Darcy ofreciendo los servicios de albañilería de Cliff.
Save the Tiles, una organización improvisada para preservar la historia de Altadena, nació. Une a los miembros de la comunidad en un esfuerzo colectivo para rescatar tantas baldosas como sea posible.
“Quiero decir, publicar el número de teléfono de mi padre en Reddit siempre es cuestionable, pero me alegra haberlo hecho en el correcto”, dijo Darcy.
Desde que comenzó la misión, el equipo de rescate ha salvado baldosas de 15 casas, dijo Darcy. Los equipos están distribuidos por toda el área quemada. En una propiedad en Beverly Way, Martin y Jorge Vargas, un equipo de padre e hijo que ha trabajado con Cliff durante 30 años, retiran con cuidado una baldosa Batchelder adornada con un pájaro ornamentado parado en un campo de flores.
“Hay que ser muy cuidadoso”, dijo Jorge.
Por ahora, el ritmo constante de martillos y cinceles es el único sonido que rompe el silencio. Aún no han llegado las excavadoras, pero el cuerpo de ingenieros del ejército ha comenzado a limpiar las propiedades dañadas por el fuego de escombros, convirtiendo el rescate de las baldosas en una carrera.
Jorge Vargas con una baldosa Batchelder. Fotografía: Lynda Lin Grigsby
La escala de la misión es desalentadora. Se han identificado más de 200 de estas chimeneas de baldosas Batchelder en la zona quemada de Altadena, dijo Garland. Menos de la mitad de los propietarios han sido contactados y han dado su consentimiento para la recuperación de las baldosas.
“Estamos aterrados de que esto se convierta en un ejercicio de fracaso por grado”, dijo Garland.
La nueva organización de rescate de baldosas tiene muchas necesidades, incluidos fondos para apoyar a Cliff y sus equipos. Han lanzado un sitio de recaudación de fondos para apoyar el alquiler de espacio de almacenamiento y un estudio de artistas para el esfuerzo de restauración, dijo Zucker. Su centro de mando a menudo es solo un espacio abierto en el lugar de trabajo.
También necesitan cajas.
“En mi coche, tenemos baldosas almacenadas en un estante de lavavajillas quemado porque estamos trabajando tan rápido que no teníamos suficientes cajas de cartón”, dijo Darcy.
“Es una búsqueda sagrada”
Durante la misión de rescate de baldosas, los propietarios deben estar presentes.
“Es una búsqueda sagrada”, dijo Garland.
Mike Christensen se sienta en una baja pared de paisajismo junto a su esposa Susan y observa al equipo extraer cuidadosamente sus baldosas. No puede dejar de sonreír. Está presenciando la intersección de la experiencia y la pasión, tanto en Cliff como en el artista detrás de las baldosas.
Mike Christensen inspecciona una baldosa. Fotografía: Lynda Lin Grigsby
A partir de 1910, Ernest Batchelder cocía sus primeras baldosas con un horno portátil en el patio trasero de su casa en Pasadena. Los tonos apagados de las baldosas pronto se hicieron populares, y el trabajo de Batchelder ayudó a popularizar el movimiento de Artes y Oficios en California.
La durabilidad de las baldosas, para sobrevivir tanto un siglo como un incendio forestal, es un testimonio del trabajo artesanal de Batchelder, dijo Garland. Su trabajo es emblemático del movimiento que dio origen a Altadena.
Sería una lástima dejar que el legado de Batchelder termine aquí, dijo Mike. El servicio de rescate es gratuito para las víctimas del incendio. Si salvar las baldosas no es una prioridad, los propietarios deberían permitir que el equipo las salve.
“Simplemente vale la pena preservarlas”, dijo.
Para los Christensen, la peor parte de perder su hogar es luchar con la nostalgia que vive en sus huesos. Es un anhelo que susurra constantemente.
Antes del incendio, esta cuadra era una pieza viva de la historia ecléctica de California. Una casa fue construida por un fundador de American Express. Se rumorea que otra fue propiedad del gánster Bugsy Siegel.
Aquí, la historia financiera se cruza con la leyenda de la mafia.
Mike señala un lote vecino, donde otra chimenea Batchelder se encuentra sola entre los escombros. Luego a otra en la distancia. Las baldosas forman un hilo ininterrumpido.
“Vamos a reconstruir la casa en el mismo lugar”, dijo Mike.
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