En sus ocho meses como secretario de salud del Reino Unido, Wes Streeting ha establecido reformas discretas en el servicio de salud, como nuevas tablas de clasificación de hospitales y despidos de gerentes con bajo rendimiento, como parte de un compromiso de arreglar el NHS “roto”.
El martes, después de que Amanda Pritchard anunciara que renunciaba como directora ejecutiva del organismo que dirige el servicio de salud en Inglaterra, presentó una parte más dramática de su visión para el tan anunciado “plan de cambio” del gobierno: un control más estricto desde Whitehall.
“Vamos a… requerir una nueva relación entre el Departamento de Salud y Atención Social y el NHS England”, dijo Streeting. El sucesor de Pritchard, Sir James Mackey, tenía “un mandato para remodelar radicalmente” los lazos, agregó el NHS England.
Figuras destacadas del sector de la salud esperaban la salida de Pritchard, pero no antes de que Streeting publicara su plan de 10 años en la primavera. Dijeron que la promesa de una nueva relación reflejaba el deseo del gobierno de parecer serio sobre la reforma del NHS en ausencia de una estrategia detallada.
“Han removido a Amanda porque quieren parecer que están haciendo algo”, dijo una persona que ha asesorado al gobierno. “Se ha vuelto obvio para todos en la industria que el equipo de Wes llegó sin un plan”.
“Se trata de la apariencia”, dijo otra figura del sector de la salud, “y Wes quiere ser visto como más radical”.
El año pasado, el gobierno anunció un aumento de £22.6 mil millones en el presupuesto diario del NHS durante dos años y un aumento de £3.1 mil millones en su presupuesto de capital, destacando el mayor crecimiento en términos reales en el gasto diario desde 2010, fuera de la pandemia.
Los jefes de hospitales dieron la bienvenida a los miles de millones de libras de nuevos fondos, pero dijeron que solo mantendrían al NHS en su lugar, y los compromisos parecían ir en contra de la insistencia repetida de Streeting en que más dinero sería condicional a reformas.
Algunos aliados de Streeting, quien fue secretario de salud en la sombra entre 2021 y julio pasado, han defendido el tiempo que ha tomado para elaborar un plan, señalando el tamaño y la complejidad del NHS y las presiones de una población envejecida y en crecimiento con necesidades de salud más complejas.
Streeting ha establecido tres “grandes cambios” que moverían al NHS de un servicio “analógico” a uno “digital”, más atención de hospitales a comunidades y el enfoque del servicio de “enfermedad a prevención”.
Pero otros ministros del gabinete han corrido a dejar su huella de manera más visible: la viceprimera ministra Angela Rayner, por ejemplo, ha introducido reformas amplias al sistema de planificación y de devolución de competencias.
Una figura del sector de la salud dijo: “Muchas reformas implicarían grandes discusiones con los sindicatos y si tiene la mira puesta en el liderazgo del partido Laborista, ¿está dispuesto a hacer esos movimientos importantes?”
La renuncia de Pritchard un día después de que se reuniera con Streeting sugiere que él había estado presionando por su salida, sugirió un funcionario de salud.
Streeting dijo a los periodistas el martes que no había pedido a Pritchard que renunciara, pero apenas el mes pasado dos comités parlamentarios cuestionaron su liderazgo, describiéndola como “complaciente” y “sin ideas”.
Un funcionario del gobierno dijo que Pritchard “decidió renunciar y todo fue muy amigable”, señalando que los ministros habían sido claros desde el verano pasado en que “quieren una relación de trabajo más estrecha entre NHSE y DHSC”.
La agenda de reformas de Streeting implicaría inevitablemente que las dos organizaciones se redujeran, agregó la persona.
Se espera que Mackey, quien es director ejecutivo del Newcastle Hospitals NHS Foundation Trust y ha ocupado varios cargos en el servicio de salud, esté en el cargo durante varios años, supervisando una reestructuración de gran alcance y una reducción en el número de funcionarios de salud.
Richard Sloggett, quien fue asesor especial del entonces secretario de salud conservador Matt Hancock y ahora dirige una consultoría de salud, dijo que Mackey había “hecho el trabajo más importante” al reducir los tiempos de espera para tratamientos no urgentes después de convertirse en director nacional de recuperación electiva en 2021.
En ese cargo, Mackey también señaló cómo el gobierno y el NHS England podrían trabajar mejor juntos, ideando un plan para reducir los retrasos que posicionaba a “Jim como el líder operativo, pero muy claramente designado por los ministros”, dijo Sloggett.
Otro ejecutivo de la salud que ha trabajado con Mackey dijo que sería “mucho más pragmático y orientado a resultados” que Pritchard.
Una forma en la que esto sería evidente sería en una actitud diferente hacia el sector privado, predijo, agregando: “Amanda nunca realmente entendió ni le gustó, pero toleraba, el sector privado, mientras que Jim los ve como parte de la solución”.
Penny Dash, presidenta de la Junta de Atención Integrada del Noroeste de Londres, asumirá la presidencia de NHS England en lugar de Richard Meddings, quien renuncia en marzo © vía HSJ
Este mes, Streeting anunció a Penny Dash, ex médica de hospital y socia de McKinsey, como la nueva presidenta de NHS England a partir de marzo. También trajo a Tom Kibasi, presidente de varios fideicomisos del NHS, para redactar el plan de 10 años, una medida que los funcionarios de salud interpretaron como un intento de marginarlos.
Sarah Woolnough, directora ejecutiva de The King’s Fund, un grupo de reflexión sobre salud y atención social, dijo que Mackey asumía el timón “en un momento extremadamente crítico para el NHS”, con los ministros a punto de establecer grandes cambios y el servicio lidiando con una alta demanda y presiones presupuestarias.
“Es crucial que las dos organizaciones [el departamento de salud y NHS England] sigan trabajando bien juntas, pero igualmente importante es que los líderes del NHS mantengan independencia operativa y clínica para la gestión diaria del servicio”, agregó.