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Donald Trump ha señalado que apoyará el acuerdo de las Islas Chagos negociado entre el Reino Unido y Mauricio, en una victoria significativa para Sir Keir Starmer.
Los comentarios de Trump se produjeron cuando recibió al primer ministro británico en la Casa Blanca el jueves para conversaciones bilaterales sobre el futuro de Ucrania.
“Tengo que ver los detalles [del acuerdo de las Islas Chagos] pero no parece malo… Creo que estaremos inclinados a seguir adelante con su país”, dijo Trump mientras estaba sentado junto a Starmer en la Oficina Oval.
Londres había estado preparándose para el veredicto de la administración Trump sobre el acuerdo propuesto, que implicaría que el Reino Unido cediera la soberanía del territorio del Océano Índico a Mauricio a cambio de arrendar la isla más grande del archipiélago. La isla alberga una base militar conjunta crucial entre Estados Unidos y el Reino Unido.
Según el acuerdo preliminar, acordado por Mauricio, Gran Bretaña arrendaría el atolón de Diego García por un período inicial de 99 años, con la opción de extenderlo por otros 40 años.
Preguntado por un reportero británico si aprobaría el acuerdo, Trump dijo: “Vamos a tener algunas discusiones al respecto muy pronto, y tengo la sensación de que va a funcionar muy bien.
“Están hablando de un arrendamiento muy largo y poderoso, un arrendamiento muy sólido, de aproximadamente 140 años en realidad — eso es mucho tiempo, y creo que estaremos inclinados a seguir adelante con su país”, agregó. “Es un poco pronto, tenemos que recibir los detalles, pero no suena mal.”
India, la potencia regional con estrechos lazos con Mauricio, también respaldó el acuerdo.
Funcionarios británicos dijeron que el tema no fue planteado por la administración estadounidense durante los preparativos para la visita, lo que sugiere que no era una prioridad para el nuevo presidente.
Sin embargo, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, David Lammy, dijo esta semana que Gran Bretaña estaba extendiendo un veto efectivo sobre el acuerdo a Trump debido a sus implicaciones para la seguridad de Estados Unidos.
La base de Diego García ha sido una plataforma de lanzamiento para aviones bombarderos de largo alcance de Estados Unidos en las últimas décadas y es considerada un puesto de escucha crucial en la región.
Aliados republicanos de alto rango de Trump han criticado el acuerdo negociado entre el Reino Unido y Mauricio, citando preocupaciones de que pueda fortalecer los intereses chinos en el Océano Índico.
Los diputados de la oposición en Gran Bretaña, incluido el líder de Reform UK, Nigel Farage, quien es amigo de Trump, y la líder del Partido Conservador, Kemi Badenoch, también han criticado el acuerdo, incluido su costo de alrededor de £9 mil millones para el arrendamiento inicial de 99 años.
El gobierno del Reino Unido ha defendido el acuerdo, argumentando que abogados internacionales han puesto en duda las futuras operaciones de la base aérea y la instalación portuaria en Diego García si no se llega a un acuerdo.