Desde su hogar en Baker, Nevada, Elizabeth Woosley puede ver Andrómeda, la galaxia más cercana a la Vía Láctea (152,000 años luz de distancia), con el ojo desnudo. Pero ella es una de las afortunadas, ya que los cielos oscuros de América están desapareciendo rápidamente.
Woosley, dueña del Stargazer Inn en Baker y el Parque Nacional Great Basin, Nevada, es una de las amantes de los cielos oscuros del estado que trabajan para introducir a millones de estadounidenses en la importancia de los cielos oscuros de nuestra nación.
Woosley, quien creció en Nueva Inglaterra, ahora vive en Baker, una ciudad de 100 personas. Junto con 20 de los 100 residentes de Baker, Woosley espera obtener la designación de cielos oscuros para la zona para disminuir la contaminación lumínica de las luces de las calles, casas, negocios y otras fuentes de iluminación.
Hay muy pocos lugares en el país donde hay tan poca luz artificial que la Vía Láctea es visible a simple vista. Nevada es uno de esos lugares, y para preservarlo, Woosley es parte de un grupo más grande de residentes del estado determinados a idear formas novedosas de recaudar fondos para evitar que sus cielos oscuros desaparezcan, incluyendo la promoción del “astro-turismo”, recorridos por grandes extensiones de tierra rural en la oscuridad de la noche, e incluso la venta de placas de matrícula.
Y después de los recientes recortes federales en los Parques Nacionales, alrededor de 3,400 empleados recién contratados del Servicio Forestal de EE. UU. y 1,000 empleados del Servicio de Parques Nacionales fueron despedidos de sus trabajos el fin de semana pasado bajo la administración de Trump, lo que representó el 10% y el 5% de esas fuerzas laborales, respectivamente, las apuestas podrían ser más altas que nunca.
Cielos oscuros en Nevada que los residentes esperan salvar, en parte, mediante la venta de placas de matrícula “Starry Skies”.