Jean Mackenzie
Corresponsal en Seúl
Joe Smith
Los guías locales tienen que seguir un estricto horario preaprobado, que en esta excursión incluía una visita a una farmacia nueva y completamente surtida
No insultes a los líderes. No insultes la ideología. Y no juzgues.
Estas son las reglas que los guías turísticos leen a los turistas occidentales mientras se preparan para cruzar la frontera hacia Corea del Norte, posiblemente el país más secreto y represivo del mundo.
Luego está la información práctica. Sin señal de teléfono, sin internet, sin cajeros automáticos.
“Los norcoreanos no son robots. Tienen opiniones, metas y sentido del humor. Y en nuestra charla los animamos a escuchar y entenderlos”, dice Rowan Beard, quien dirige Young Pioneer Tours, una de las dos compañías occidentales que reanudaron los viajes al país la semana pasada, después de cinco años de pausa.
Rowan Beard/Young Pioneer Tours
Rowan y un puñado de otros líderes turísticos han sido autorizados a reanudar operaciones
Corea del Norte cerró sus fronteras al comienzo de la pandemia, excluyendo a diplomáticos, trabajadores humanitarios y viajeros, y haciendo casi imposible saber qué estaba sucediendo allí.
Desde entonces, se ha aislado aún más del resto del mundo, dependiendo del apoyo de Rusia y China. Muchos dudaban de si alguna vez se permitiría el regreso de los occidentales.
Pero después de años de persuasión y varios intentos fallidos, a Rowan y algunos otros líderes turísticos se les dio luz verde para reanudar operaciones. Reunió a un grupo de viajeros ansiosos en solo cinco horas, desesperados por no perder la oportunidad. La mayoría eran vloggers y adictos a viajar, algunos queriendo tachar el último país de su lista, junto con algún entusiasta de Corea del Norte.
El jueves pasado, los turistas, procedentes del Reino Unido, Francia, Alemania y Australia, cruzaron la frontera desde China hacia la remota área de Rason para un viaje de cuatro noches.
Joe Smith
Los turistas del Reino Unido, Francia, Alemania y Australia cruzaron la frontera para un viaje de cuatro noches
Entre ellos se encontraba Mike O’Kennedy, un YouTuber británico de 28 años. A pesar de su reputación, se sorprendió por el nivel extremo de control. Como en todos los viajes a Corea del Norte, los turistas fueron escoltados por guías locales, que seguían un horario estricto y preaprobado. Incluía visitas cuidadosamente coreografiadas a una fábrica de cerveza, una escuela y una farmacia nueva y completamente surtida.
Ben Weston, uno de los líderes turísticos de Suffolk, comparó la visita a Corea del Norte con “estar en un viaje escolar”. “No puedes salir del hotel sin los guías”, dijo.
“Un par de veces incluso tuve que avisarles cuando quería usar el baño”, dijo Mike. “Nunca he tenido que hacer eso en ningún lugar del mundo.”
A pesar de la supervisión, Mike pudo vislumbrar fragmentos de la vida real. “Todos estaban trabajando, no parecía que nadie estuviera simplemente pasando el rato. Fue un poco desolador ver eso”.
En su visita a la escuela, un grupo de niños de ocho años realizó un baile con animaciones de misiles balísticos alcanzando objetivos. Un video del espectáculo muestra a niñas y niños con corbatas rojas, cantando, mientras explosiones se suceden en una pantalla detrás de ellos.
Mike O’Kennedy
Mike vio a un grupo de niños de ocho años interpretando un baile con animaciones de misiles balísticos
Por ahora, a los turistas se les mantiene alejados de la capital Pyongyang. Greg Vaczi de Koryo Tours, la otra compañía turística permitida, admite que el itinerario actual carece de los “grandes monumentos” de Pyongyang. Sospecha que las autoridades han elegido Rason como su conejillo de indias porque la zona es relativamente contenida y fácil de controlar.
Creada como una zona económica especial, para probar nuevas políticas financieras, opera como un enclave capitalista dentro de un estado socialista. Empresarios chinos dirigen empresas conjuntas con norcoreanos y pueden viajar dentro y fuera con bastante libertad.
Joe Smith, un experimentado viajero a Corea del Norte y ex escritor de la plataforma especializada en Corea del Norte NK News, estaba en su tercer viaje. “Siento que cuanto más veces visitas, menos sabes. Cada vez consigues un pequeño vistazo tras el telón, lo que solo te deja con más preguntas”, dijo.
El punto culminante de Joe fue una visita sorpresa fuera de agenda a un mercado de productos de lujo, donde la gente vendía jeans y perfumes, junto con bolsos falsos de Louis Vuitton y lavadoras japonesas, probablemente importadas de China. Aquí, a los turistas no se les permitió tomar fotos, un intento de ocultar esta burbuja de consumo al resto del país, sospechaban.
“Este fue el único lugar donde la gente no nos esperaba”, dijo Joe. “Se sintió desordenado y real; un lugar al que los norcoreanos realmente van. Me encantó”.
Joe Smith
Joe ha visitado Corea del Norte tres veces
Pero según los líderes turísticos experimentados, los movimientos del grupo estaban más restringidos que en viajes anteriores, con menos oportunidades de pasear por las calles, entrar en una peluquería o supermercado, y hablar con los locales.
A menudo se citaba a Covid como la razón, dijo Greg de Koryo Tours. “En superficie siguen preocupados. Nuestro equipaje fue desinfectado en la frontera, nos tomaron la temperatura, y alrededor del 50% de las personas aún llevan mascarillas”. Greg no puede determinar si el miedo es genuino o una excusa para controlar a las personas.
Se piensa que Covid golpeó con fuerza a Corea del Norte, aunque es difícil saber el alcance del sufrimiento.
Los guías locales repitieron la versión del gobierno de que el virus ingresó al país en un globo enviado desde Corea del Sur, y fue erradicado rápidamente en 90 días. Pero Rowan, quien ha estado en Corea del Norte más de 100 veces, sintió que Rason había sido impactado por las estrictas regulaciones de Covid. Muchos negocios chinos habían cerrado, dijo, y sus trabajadores se habían ido.
Incluso Joe, el experimentado viajero a Corea del Norte, comentó sobre lo deteriorados que estaban los edificios. “Los lugares estaban poco iluminados y no había calefacción, aparte de en nuestras habitaciones de hotel”, dijo, recordando una visita a una galería de arte fría, oscura y desierta. “Sentí como si abrieran las puertas solo para nosotros”.
Mike O’Kennedy
Algunos turistas pensaron que Rason – el área que visitaron – lucía deteriorada, con “horribles” carreteras y edificios en mal estado
Las fotografías del régimen podrían hacer que Corea del Norte parezca limpio y reluciente, dijo Joe, pero en persona te das cuenta de que “las carreteras son horribles, las aceras son inestables y los edificios están construidos de forma extraña”. Su habitación de hotel era anticuada y sucia, dijo, parecía “la sala de estar de su abuela”. La ventana entera estaba agrietada.
“Han tenido cinco años para arreglar las cosas. Los norcoreanos son muy sensibles acerca de lo que muestran a los turistas. Si esto es lo mejor que pueden mostrar, me temo lo que más hay por ahí”, dijo. La mayor parte del país se mantiene oculta, con más de cuatro de cada diez personas se cree que están desnutridas y necesitan ayuda.
Joe Smith
Joe dijo que su habitación de hotel parecía “la sala de estar de su abuela”
Una de las pocas oportunidades que tienen los turistas en Corea del Norte de interactuar con la gente local es a través de sus guías, que a veces hablan inglés. En estos viajes recientes estaban sorprendentemente bien informados, a pesar de la intensa maquinaria de propaganda del régimen y el bloqueo de información. Probablemente esto se deba a que hablan con los empresarios chinos que entran y salen, dijo Greg.
Sabían acerca de los aranceles de Trump y la guerra en Ucrania, incluso que tropas norcoreanas estaban involucradas. Pero cuando Joe mostró una foto de Siria, su guía no sabía que el presidente Assad había sido derrocado. “Le expliqué cuidadosamente que a veces cuando la gente no está de acuerdo con su líder, se levantan y lo derrocan, y al principio no me creyó.”
Estas conversaciones deben manejarse con delicadeza. Estrictas leyes impiden a los norcoreanos hablar libremente. Si se pregunta o se revela demasiado, los turistas podrían poner en riesgo a su guía o a ellos mismos.
Mike O’Kennedy
Mike dijo que las conversaciones con los guías sobre política internacional tenían que ser manejadas con cuidado
Mike admite que hubo momentos en que esto lo puso nervioso. En una visita a una Casa de la Amistad entre Corea del Norte y Rusia, lo invitaron a escribir en el libro de visitantes. “Me quedé en blanco y escribí algo como ‘Deseo paz en el mundo.’ Después, mi guía me dijo que eso era algo inapropiado de escribir. Eso me puso paranoico”, dijo.
“En general, los guías hicieron un gran trabajo haciéndonos sentir seguros. Solo hubo un par de momentos en los que pensé, esto es extraño”.
Para Greg de Koryo Tours, estas interacciones dan un propósito más profundo al turismo en Corea del Norte: “Los norcoreanos tienen la oportunidad de interactuar con extranjeros. Esto les permite desarrollar nuevas ideas, lo cual, en un país tan cerrado, es muy importante”.
Pero el turismo a Corea del Norte es polémico, especialmente porque a los viajeros se les permitió regresar antes que a los trabajadores humanitarios y la mayoría de los diplomáticos occidentales, incluidos los del Reino Unido. Críticos, incluida Joanna Hosaniak de la Alianza Ciudadana por los Derechos Humanos de Corea del Norte, argumentan que estos viajes principalmente benefician al régimen.
“Esto no es como el turismo en otros países pobres, donde la gente local se beneficia del ingreso adicional. La gran mayoría de la población no sabe que estos turistas existen. Su dinero va al estado y, en última instancia, hacia su ejército”, dijo.
Una conversación se quedó en la cabeza del YouTuber Mike. Durante su visita a la escuela, se sorprendió cuando una niña, después de conocerlo, dijo que esperaba visitar el Reino Unido algún día. “No tuve el corazón para decirle que sus posibilidades eran muy, muy escasas”, dijo.