El populista de extrema derecha rumano Calin Georgescu ha sido prohibido de participar en la repetición de las elecciones presidenciales de mayo por la Oficina Electoral Central del país (BEC), desencadenando enfrentamientos entre sus seguidores y la policía.
El año pasado, el tribunal constitucional de Rumania anuló la primera vuelta de las elecciones de noviembre – en la que él quedó primero – después de que los servicios de inteligencia revelaron que Rusia había estado involucrada en 800 cuentas de TikTok que lo apoyaban.
El BEC rechazó su candidatura el domingo, diciendo que “no cumple con las condiciones de legalidad”, ya que “violó la obligación de defender la democracia”.
Georgescu calificó esa decisión como un “golpe directo” a la democracia. Ahora tiene 24 horas desde el veredicto del domingo para presentar un recurso oficial al tribunal superior, que debería emitir un fallo en un plazo de 72 horas.
En una publicación en redes sociales, Georgescu llamó a la prohibición un “golpe directo al corazón de la democracia en todo el mundo”.
Se lanzaron gases lacrimógenos a los seguidores del aspirante presidencial cuando estallaron enfrentamientos entre ellos y la policía mientras se reunían en sus miles afuera de las oficinas del BEC en la capital, Bucarest.
La BBC vio al menos un coche volcado y las ventanas de bares vecinos destrozadas. Al menos cuatro personas fueron detenidas.
Mientras muchos manifestantes abandonaban la escena, varios cientos de personas permanecieron y continuaron peleando con la policía antidisturbios, que trajeron refuerzos e intentaron acordonar la zona.
El 26 de febrero, Georgescu fue arrestado en camino a registrarse como candidato en las elecciones de verano, lo que provocó que decenas de miles de rumanos marcharan en las calles de Bucarest en protesta.
Fue acusado de intentar derrocar el orden constitucional y de ser miembro de una organización neo-fascista. Él ha negado toda culpa.
El independiente de 62 años surgió de la nada para ganar la primera vuelta de las elecciones del año pasado, cuyos resultados fueron anulados días antes de la segunda vuelta de votación.
Una clave de su repentina popularidad fue su promesa de “restaurar la dignidad de Rumania” y poner fin a la sumisión a las organizaciones internacionales a las que pertenece, incluidas la OTAN y la UE.
Antes de la anulación del año pasado, el político pro-ruso le dijo a la BBC que pondría fin a todo el apoyo a Ucrania si era elegido.
Georgescu también ha recibido cierto apoyo de la administración Trump.
El mes pasado, el vicepresidente de EE. UU. JD Vance acusó a Rumania de anular las elecciones basándose en las “sospechas endebles” de la inteligencia rumana y la presión de sus vecinos.
Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores de Rumania, Emil Hurezeanu, acusó a Elon Musk de una “forma de interferencia” en las elecciones de Rumania, después de que el multimillonario publicara varios mensajes de apoyo a Georgescu.