Los legisladores en Francia han respaldado abrumadoramente un proyecto de ley que facilita la apertura de bares en pueblos, con el objetivo de revitalizar la vida social en pequeñas comunidades rurales. En una votación de 156-2 el lunes, los diputados decidieron flexibilizar las estrictas restricciones en las nuevas licencias de bares para vender alcohol. Los partidarios dicen que el cambio es necesario para fortalecer los lazos sociales y reducir el aislamiento, pero los críticos advierten sobre los riesgos para la salud a través del alcoholismo. Francia ha visto un fuerte descenso de alrededor de 200,000 bares y cafés que servían alcohol en la década de 1960 a unos 36,000 en 2015. La mayoría de los cierres fueron en áreas rurales. En Francia, por ley se requiere una licencia de alcohol tipo 4 para abrir un bar que venda bebidas alcohólicas, incluidas las bebidas espirituosas con más del 18% de alcohol. Actualmente, no se pueden otorgar nuevas licencias de este tipo, y aquellos que planean abrir un bar deben esperar a que cierre un lugar de bebida existente para adquirir su licencia. La nueva legislación permitiría a los futuros gerentes de bares en comunidades con menos de 3,500 habitantes y sin bar solicitar una nueva licencia sin tener que esperar. Los alcaldes locales tendrían la última palabra sobre si aprobar o denegar tales solicitudes. El legislador Guillaume Kasbarian dijo que “un marco legal antiguo y obsoleto” debería ser reemplazado, según informó la agencia de noticias AFP. También citó a Fabien Di Filippo, otro diputado francés, que describió los bares como “sobre todo, lugares para que la gente se reúna en áreas rurales y en una sociedad donde las personas tienden a cerrarse en sí mismas”. El Ministerio de Salud francés dice que cada año alrededor de 49,000 muertes en el país son causadas por el consumo de alcohol, lo que describe como un “importante problema de salud pública”.
