Jonathan Head, South East Asia correspondent, reported on the arrest of former President Rodrigo Duterte in the Philippines. Duterte was taken into police custody after the International Criminal Court issued a warrant accusing him of crimes against humanity for his brutal “war on drugs”. Duterte, who served as president from 2016 to 2022, has faced criticism for the thousands of deaths that occurred during his anti-drugs crackdown. Despite his arrest, Duterte questioned the basis for the warrant, asking what crime he had committed. Activists hailed his arrest as a “historic moment” for justice. Duterte’s arrest marks a new chapter in Philippine history, according to political scientist Richard Heydarian. The relationship between Duterte and his successor, President Ferdinand Marcos Jr, has become strained, with Marcos now indicating that the Philippines will cooperate with the ICC investigation. The future of Duterte’s trial in The Hague remains uncertain. The “war on drugs” led by Duterte resulted in the deaths of thousands of suspects, with allegations of abuse and targeting of innocent individuals. Duterte has remained unapologetic for his actions, stating that he did what he believed was necessary for the country. The ICC began investigating the alleged abuses in 2016 and formally started its investigation in 2021. Jonathan Head Cubrió casos desde noviembre de 2011, cuando Duterte era alcalde de Davao, hasta marzo de 2019, antes de que Filipinas se retirara de la CPI.
Desde que asumió el poder, Marcos ha reducido la campaña antidrogas de Duterte y prometió un enfoque menos violento para el problema de las drogas.
‘Donald Trump del Este’
Duterte sigue siendo ampliamente popular en Filipinas ya que es el primer líder del país procedente de Mindanao, una región al sur de Manila, donde muchos se sienten marginados por los líderes de la capital.
A menudo habla en cebuano, el idioma regional, no en tagalo, que es más hablado en Manila y las regiones del norte.
Cuando dejó el cargo en 2022, casi nueve de cada diez filipinos dijeron estar satisfechos con su desempeño como presidente, una puntuación nunca vista entre sus predecesores desde la restauración de la democracia en 1986, según el instituto de investigación Social Weather Stations.
Su retórica populista y declaraciones contundentes le valieron el apodo de “Donald Trump del Este”. Ha llamado a su “ídolo” al presidente ruso Vladimir Putin y bajo su administración, Filipinas cambió su política exterior hacia China, alejándose de Estados Unidos, su aliado de mucho tiempo.
Marcos restableció los lazos de Manila con Washington y criticó al gobierno de Duterte por ser “lacayos chinos” mientras Filipinas está envuelta en una disputa marítima con China.
El ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo el martes que estaba “siguiendo de cerca el desarrollo de la situación” y advirtió a la CPI contra la “politización” y “doble estándar” en el arresto de Duterte.
La hija de Duterte y heredera política, Sara Duterte, es mencionada como una posible candidata presidencial en 2028. El actual presidente, Marcos, está impedido por la constitución de buscar la reelección.
Información adicional de Virma Simonette en Manila y Kelly Ng en Singapur