Jennifer Rubin, columnista del Washington Post, estaba en la convención en Chicago con sus colegas. Ella hizo una observación sabia. Los Demócratas tienen un banco fuerte de caras nuevas y jóvenes. Los Republicanos no.
Ella escribió:
Se ha vuelto evidente durante la semana de la convención que los Demócratas están bendecidos con tres grupos de líderes. El primer grupo sabio – Hillary Clinton, los Obamas, la ex presidenta de la Cámara Nancy Pelosi (Calif.) y ahora Biden – ha guiado al partido durante la última generación, logrando avances a nivel nacional y manteniendo unida la coalición Demócrata. Los logros domésticos que han logrado colectivamente se compararían con los logros de cualquier otra generación. Ha llegado el momento del segundo grupo: Harris, el gobernador Tim Walz (Minn.), el secretario de Transporte Pete Buttigieg, el senador Raphael G. Warnock (Ga.), el líder de la minoría de la Cámara Hakeem Jeffries (N.Y.), el gobernador Josh Shapiro (Pa.). Son más hábiles en los medios que muchos de la generación anterior y están mejor preparados para llegar a los votantes más jóvenes y diversos. El desafío de este segundo grupo será poner fin al movimiento MAGA y trazar un camino hacia adelante para una mayoría gobernante sostenible de centro-izquierda. El tercer grupo, y el más interesante, incluye a las estrellas del futuro, dos de las cuales (las representantes Alexandria Ocasio-Cortez (N.Y.) y Jasmine Crockett (Tex.)) brillaron en la convención el lunes por la noche. Otros figuras menos llamativas pero igual de convincentes tienen la habilidad de gobernar para ganar batallas legislativas y mantener al partido de desviarse demasiado hacia la izquierda. Estas incluyen a la representante Abigail Spanberger (Va.), que se postula para gobernadora; la representante Elissa Slotkin (Mich.), que se postula para el Senado; la representante Mikie Sherrill (N.J.); y el representante Dan Goldman (N.Y.), quien se destacó al enfrentarse a los republicanos que inepta y corruptamente intentaron investigar a los Biden.
Los Republicanos no tienen nada comparable. Trump ha vaciado y deshonrado al partido. Cualquier reconstrucción, si Trump pierde, probablemente tendrá que recaer en una nueva generación. Trump, el líder de la minoría del Senado Mitch McConnell (Ky.) y un grupo de extremistas de la Cámara y el Senado han dominado al GOP, alejado a muchos votantes y causado un daño inmenso a la comodidad, el estado de derecho y la buena gobernanza. Una de las características más atractivas de una posible victoria de Harris: Muchos republicanos prominentes serán barridos. Solo podemos esperar que una mejor cosecha los reemplace.
Hay que tener en cuenta que Trump y sus acólitos han alejado del partido a la próxima generación de Republicanos. Trump mismo hizo campaña para derrotar a cualquier miembro del Congreso que votara a favor de su destitución. Gobernadores alineados con Trump han “primariado” a republicanos moderados. Para tener éxito en el Partido Republicano de hoy, un candidato debe comprometerse a defender La Gran Mentira. Eso aleja a personas de bien como Adam Kinzinger y Liz Cheney.