Tamara Rojo: ‘Michaela Mabinty DePrince fue una inspiración que trascendió el ballet’ | Danza

Michaela Mabinty DePrince, quien falleció a la edad de 29 años, fue amada en el mundo de la danza y realmente será extrañada.

Ella tuvo una vida extraordinaria. Nacida en Sierra Leona durante la guerra civil, perdió a ambos padres biológicos cuando era niña y posteriormente fue acosada en un orfanato donde la llamaban “hija del diablo” debido a su vitiligo, una afección que deja parches de la piel sin pigmentación.

Fue durante su tiempo allí que, como explicó en su libro de 2014 Taking Flight, vio una revista con una imagen de una bailarina. Algo en su interior supo en ese instante que eso era lo que quería hacer cuando creciera. Y parecía que el destino estaba de acuerdo con ella. Poco después fue adoptada, junto con su hermana Mia, por una pareja estadounidense, Elaine y Charles, que apoyaron plenamente sus aspiraciones.

Se convirtió en la bailarina principal más joven del Dance Theatre of Harlem y en 2013 se unió al Dutch National Ballet, donde fue la única bailarina de origen africano y donde alcanzó el rango de solista. En 2021 se unió al Boston Ballet. Junto con estos contratos a largo plazo, viajó por el mundo como artista invitada.

Una mirada a la carrera de la bailarina Michaela Mabinty DePrince, quien falleció a los 29 años – video obituario

Tuve la suerte de darle la bienvenida en 2017 para bailar con English National Ballet como Myrtha en Giselle en el London Coliseum. Fue un placer trabajar con ella, llena de energía y con hambre de aprender. Y su elevación incomparable era impresionante.

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Pero Michaela Mabinty logró alcanzar una de las cosas más raras en el mundo del ballet: fue una bailarina que trascendió la industria y llegó a los corazones de un público más allá de nuestro arte. Los derechos de su libro fueron adquiridos para una película dirigida por Madonna y actuó en la secuencia de Hope de Lemonade de Beyoncé. También utilizó su posición para el bien mayor, como humanitaria y activista, convirtiéndose en embajadora de War Child y generando cambios a través de sus numerosas conferencias inspiradoras.

El mundo del ballet es más pobre hoy sin ella – decir que estoy desconsolado es quedarse corto – pero su legado vive en los miles de personas que inspiró.