La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum promete ‘es tiempo de las mujeres’

Comenzó su primer discurso como presidenta agradeciendo a su mentor político y predecesor en el cargo más alto, Andrés Manuel López Obrador, llamándolo “el líder político y guerrero social más importante en la historia moderna de México”. Él deja el cargo, dijo ella, con “el mayor amor de su pueblo”. En ese punto, no está equivocada. López Obrador es profundamente amado por sus seguidores y sus índices de popularidad en sus últimos días en el cargo fueron más altos que los de cualquier otro presidente en la historia mexicana. Sin duda deja zapatos muy grandes para que ella los llene, pero la presidenta Sheinbaum se apresuró a destacar que no se sentía intimidada. “Es hora de las mujeres”, dijo entre aplausos de los legisladores del partido gobernante. “Las mujeres han llegado para dar forma al destino de nuestra hermosa nación.” Al presentar su agenda como presidenta, quedó claro una vez más que la visión de López Obrador para México había proporcionado un amplio plan. Instó a la gente a evaluar, utilizando datos fríos y duros, lo que se había logrado en los últimos seis años. “¿Cómo se sacó de la pobreza a 9.5 millones de mexicanos?”, preguntó. “¿Cómo se redujo el desempleo? ¿Se creó un mayor bienestar? ¿Se aumentó repetidamente el salario mínimo, pero no la inflación?” Su conclusión fue sencilla: a través del “humanismo mexicano” – el nombre que le da al proyecto político que ha compartido con su mentor, López Obrador, durante casi dos décadas. Naturalmente, sus detractores cuestionarán la imagen optimista de la economía mexicana que pintó. Pero Sheinbaum prometió “consolidar el servicio de salud en el sistema de atención médica pública gratuita de la más alta calidad” y crear 300,000 nuevos lugares en la educación superior en nuevas escuelas y universidades públicas. “La salud y la educación son derechos del pueblo mexicano, no privilegios ni mercancías”, insistió.

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